Dragón Esmeralda. (Emerald Dragon)

Capitulo 7.

"¡Suéltame!" Azula siseó, tratando de escapar del agarre de Harry.

Ella, Harry y Zuko habían sido enviados fuera de la sala del trono para que los adultos pudieran seguir hablando. Zuko se había ido con mamá  'por supuesto que lo había hecho' pensó ella de una manera que no era celosa, "muchas gracias"  lo que terminó dejándola con Harry. Azula había comenzado la conversación exigiendo saber cómo un plebeyo como él podía llegar a ser tan bueno controlando el fuego. Harry no le respondió de inmediato como ella esperaba que lo hiciera, como lo haría cualquier otro chico, sino que se mantuvo callado y limitó sus respuestas a 'hmm' y lo que solo podría describirse como no-respuestas.

Azula era una niña y estaba acostumbrada a conseguir lo que quería. Si quería un juguete de Zuko entonces lo tomaría, si él la delataba entonces simplemente jugaría con él cuando él no estuviera cerca. Era una princesa, si quería algo lo conseguiría, así había funcionado su vida hasta ahora. Entonces, naturalmente, no estaba feliz de que esta clase media, hijo de un maestro, no estuviera haciendo lo que ella le decía que hiciera. Una Azula molesta también resultó ser una Azula peligrosa, razón por la cual ella había comenzado a amenazarlo con una ráfaga de fuego en la cara.

En lugar de disculparse o incluso un poco asustado, la había mirado con desdén, una mirada que a Azula no le gustaba ver dirigida a ella en absoluto. Fue esa mirada lo que probablemente hizo que ella realmente intentara cumplir con su amenaza. Definitivamente no había esperado terminar de rodillas con una mano en el suelo para evitar golpear el suelo con la cara mientras Harry sostenía la otra mano en una llave de muñeca.

"No hasta que prometas no atacarme". Harry dijo, manteniendo el bloqueo de la muñeca.

"¡No estoy prometiendo nada!" dijo Azula, mirando a Harry. "¡No puedes decirme qué hacer!"

"No te estoy diciendo qué hacer, te lo estoy pidiendo amablemente". Harry dijo antes de poner más presión en su muñeca. "Por favor... no... me ataques". añadió Harry, poniendo más presión en su muñeca con cada nueva palabra.

"¡Está bien, bien!" Dijo Azula, después de varios segundos. "¡No atacaré! ¡Lo prometo!"

"Mmm." Harry la miró por un par de segundos antes de soltarla y retroceder rápidamente. Azula logró ponerse de pie cuando escuchó una risa suave, ella y Harry se giraron en la dirección de la risa y vieron al Señor del Fuego Azulon, los padres de Harry y el padre y el tío de Azula. La risa había venido del tío Iroh de Azula, el temido general conocido como 'El Dragón del Oeste'.

"Te dije que los dos se llevarían muy bien". Dijo el tío Iroh con voz divertida.

"Bueno, parece que ya le está enseñando cosas nuevas". El Señor del Fuego Azulon dijo con una voz que contenía más aprobación de la que la mayoría escucharía salir de su boca. Volvió su mirada hacia Azula. "Ya es hora de que aprendas que no obtendrás todo lo que quieres en la vida simplemente porque eres un prodigio que controla el fuego". Le dijo antes de volverse hacia Harry. "Tú, muchacho, la tratarás como si fuera una niña más, en lo que a ti respecta, ella no es de la realeza".

"Pero abuelo, yo..." Azula comenzó a protestar, solo para ser interrumpida.

"Sin peros", dijo el Señor del Fuego Azulon. "Aprenderás del chico, y eso es definitivo".

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La pandilla caminó a través de un montón de hierba cubierta de nieve con Aang a la cabeza, caminaron hasta llegar a la cima de una colina.