Dragón Esmeralda. (Emerald Dragon)

Capitulo 10.

Harry, Sokka y Aang habían seguido discretamente a Katara después de que se la llevaron. Se había acordado previamente que una vez que Katara estuviera en la prisión, le darían doce horas para hacer lo que tenía que hacer antes de que la sacaran. Después de doce largas horas, Aang y Harry se colaron en la prisión y llevaron a Katara al borde de la prisión donde Sokka estaba esperando junto con Appa y Momo.

"Se terminaron tus doce horas, ¿dónde está Haru? ¡Tenemos que salir de aquí!" Sokka susurró, no queriendo llamar mucho la atención, honestamente era un milagro que no los hubieran visto todavía.

"Yo... yo no puedo." Katara dijo, mirando hacia abajo a sus pies.

"¿Por que no?" Harry frunció el ceño. "Tenemos que irnos lo antes posible".

"No se van a ir", suspiró Katara. "ellos... ellos son..."

"Roto," terminó Harry con un suspiro. "Eso es por diseño. Quita la tierra, quita el poder, quita la esperanza". La prisión estaba en medio del mar y estaba hecha casi en su totalidad de metal, sin dejar nada que el maestro tierra pudiera controlar.

"Todavía no han quitado toda esperanza". Katara dijo obstinadamente.

"No vas a renunciar a esto, ¿verdad?" preguntó Harry.

"No." Katara se burló, como si la sola idea fuera ridícula.

"Por supuesto que no", Harry puso los ojos en blanco, la peor parte en lo que a él concernía era que estaría haciendo exactamente lo mismo que ella. Sería mucho más fácil dejar que el maestro tierra se pudriera para que pudieran concentrarse en los problemas más grandes, pero Harry no quería eso, no quería convertirse en una persona tan enfocada en el "bien común" que se olvidó de los individuos como bien. Claro que hubo momentos en que eso sería necesario, pero no todo el tiempo. "Malditos Gryffindors". Harry dijo en voz baja.

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A la mañana siguiente:

El plan había sido bastante simple, usarían el carbón que la Nación del Fuego había estado quemando y harían que Harry y Aang usaran Aire Control para enviarlos a la Tierra Controlando a los prisioneros a través de los conductos de ventilación, muy parecido a su truco de Tierra Control de antes. A mitad del plan, Katara y Sokka habían sido descubiertos por uno de los conductos de ventilación y habían sido perseguidos hasta el patio de la prisión y rodeados por soldados de la Nación del Fuego mientras los maestros tierra se mantenían a una pequeña distancia.

Una repentina ráfaga de aire llena sus oídos mientras la instalación tiembla. Un conducto de ventilación se sale de sus bisagras cuando una inmensa ráfaga de carbón se eleva en el aire y se estrella contra una pila reunida. Todos los presentes están en silencio, mirando con gran sorpresa este giro de los acontecimientos. De repente, Aang salta del conducto de ventilación estéril, aterriza sobre la pila de carbón y tose, cubierto de hollín y suciedad.

"¡Esta es su oportunidad, maestros tierra! ¡Aprovéchenla! ¡Su destino está en sus propias manos!" Katara gritó mientras sostenía un trozo de carbón, sin mostrar nada de la inquietud que estaba sintiendo.

El plan hasta ahora había tenido éxito, el carbón estaba justo frente a los maestros tierra, pero desafortunadamente no parecían querer comenzar a pelear. Haru había comenzado a avanzar, pero Tyro, su padre, lo detuvo.