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BREAK.

—Carajo... Que patética. —se susurró a sí misma, mientras se sentaba en su propio sofá, escuchando los gemidos provenientes de su propia habitación.

¿Cuánto más iba a dejar que él la tratará de esa manera?. Buena pregunta, sin embargo, no tenía respuesta a ella. Desacomodaba sus cabellos con su mano, alejándolos de su vista, no los necesitaba para pensar, mucho menos en su campo visual, eran molestos.

Más molestos eran sabiendo que el hombre con el que se supone que tendría su vida soñada, ahora mismo se estaba cogiendo a un perra cualquiera. Que desagradable.

Colocó su mano en su barbilla, mientras se recargaba en sus propias piernas. Suspiró.

—¿Debería o no debería?, es mi casa, así que... —mordió si labio inferior.

Pero una sonrisa se asomó por encima de sus belfos, mientras se paraba de su asiento, dirigiendo su caminata hacia su habitación, dispuesta a encarar a su pareja. Aunque un pensamiento culpable la detuvo por un momento, a tan solo segundos de girar la manilla de la puerta. 

¿Era correcto?.

Por supuesto que lo era, defendía su propiedad privada, era de ella, no de él. Su casa, no era un perrera.

Abrió la puerta, encontrándose con una imagen desagradable, una que no quisiera ver por voluntad propia a menos que fuera ella quien estuviera en aquella posición.

La rubia soltó un grito mientras cubría su delgado cuerpo con las sábanas, mientras Kim cubría lo que podía con una almohada. No es que tuviera tanto.

—Woah, ¿Qué te cubres, Seok-Jin?, no es como si estuviera tan grande... —susurró lo suficientemente alto como para que los dos la escucharán.

 —¡Yah!, ¡¿Te volviste loca?!. —gritó el pelinegro mientras con esfuerzo lograba a duras pena ponerse su ropa interior.

La fémina se recargó en el marco de la puerta, mientras intentaba ocultar su sonrisa que salía por inercia sin querer, pero inevitablemente.

—Dios, ¿De qué hablas cariño?. —habló, mientras hacía un puchero en sus labios a forma de burla. —Si esta siempre ha sido mi habitación, no tengo porque pedir permiso para entrar, alucinas. —río, adentrándose a su cuarto, dirigiéndose hacia donde la chica se ocultaba la mujer de cabellos rubios.

—¿Q-qué haces? Yah, aléjate de mí, idiota. —ordenó mientras se recorría entre las sábanas intentando alejarse de Jisoo.

La mayor frunció el ceño. —Que vocabulario tan pobre, señorita. —negó con su cabeza y su pulgar al mismo tiempo. A la vez que su expresión se tornaba seria en un instante. —Supongo que Seok-Jin no te dijo que tenía pareja, está bien, a todas le dice lo mismo, no te preocupes. Pero, supongo que te tienes que ir, —acercó su rostro al de la chica. —porque esto, no es una perrería. —susurró.

Suspiró para ella misma, estaba perdiendo su tiempo, mientras veía al grande "hombre" dirigirse hacia ella.

—Solo vete, ¿Si?. 

Río, carajo, parece que no podía entender las indirectas de lo molesta que estaba. Típico de hombres.

—No, enserio, vete tú. —hizo una mueca forzada. —Tienen cinco minutos para vestirse e irse de mi departamento, de lo contrario llamaré a la policía o sacaré a esa perra por donde más le duela. —la señaló sin miedo alguno. —Ah y en cuanto a ti, no te quiero volver a ver en mi puta vida.

Su fulminante mirada era más que suficiente para que el pelinegro cerrara su boca y tragará saliva ante las intimidantes palabras de la pelinegra. 

Salió de su habitación cerrando la puerta de un portazo detrás suyo, sin importarle si los molestos vecinos se enojaban por el ruido o le reclamaban por la puerta como siempre solían hacerlo.

BREAK // JINSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora