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Todo era acorde a lo planeado. Una fase que debía complementarse sí o sí a la hora de ejecutarlo.
Algo que siempre le daba cierta curiosidad, era poder cambiar la historia por completo, sólo para frustrar los planes de su media hermana como emperatriz, no obstante, al pensarlo con más detenimiento, era una posibilidad de evitar que Ariana de Secramise se convierta en emperatriz, porque en su sincera opinión, ella no se veía que tuviera las cualidades necesarias para llevar una carga en tus hombros.
¿Y todavía, al tener sus joyas, iba a gobernar todo Arbezela sólo para obtener su harén? Bueno, eso era típico de la peliblanca.
Por todos estos años, ha pensado meticulosamente sobre cambiar la historia o no, ya que si lo hacía, ganaría muchas contradicciones hacia su persona, su media hermana mayor estaría furiosa por haberle arruinado sus planes, posiblemente sería un objetivo de amenaza por parte de la emperatriz y de la Rosa Roja, tendría muchas fallas.
¿Tenía miedo de modificar la historia? No.
¿Tenía miedo de lo que eran capaces de hacerle aquellas arpías por intervenir en sus planes? Para nada.
Ya hasta imaginaba la expresión que daría Ariana por robarle sus joyas, bueno, si convencer a los próximos pretendientes de su inminente destino que les depararía, entonces no se podría considerar una ladrona.
Bostezó perezosamente al caminar por los largos pasillos del castillo sólo para llegar a la reunión acordada por el emperador Jaider, ayer reflexionó con sutileza lo que haría, eso sí, tenía que ser cuidadosa con sus acciones para que no se vean malinterpretadas por la realeza.
Al cruzar por un pasillo, se detiene abruptamente, escuchando con atención que la plática entre Bavilo y Ariana se llevaba a cabo. No pasó mucho cuando el primer príncipe se retiraba de la escena, logrando que la peliblanca sacara el mal genio de su hermano mayor.
Inexpresiva, ve que el peligris se aleja, quedando la princesa Ariana a solas. Melrose sabía que ella sólo lo provocó para hacerse respetar, una actitud que en parte le agradaba un poco, pero al final sólo era algo que la ojimagenta aprovechaba en su posición social.
Sale de su escondite, caminando impasible con una postura relajada hacia donde se encontraba la peliblanca, a medida que se acercaba, pudo oír sus pensamientos.
—“Tengo que ponerme a trabajar y conseguir mis joyas de una vez. Mi primera joya... es él”—. Hasta la pelirrosa frunció ligeramente el entrecejo, poniendo una mueca por aquel pensamiento tan natural proveniente de la albina.
Ahora que Ariana lo menciona, era comprensible el porqué escogió al Duque Nell Phantom; originario de una familia noble, con habilidades únicas, tanto en el campo de batalla como en su misteriosa magia, así también como su capacidad de convertirse en lobo, ¡En un lobo!
