Capítulo 4: Just the two of us

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«Y, cariño, cuando llegue la mañana».

«Y vea el sol amaneciendo».

«Quiero ser el que esté contigo».


¿Recuerdas el día en el que nos casamos?

¿Recuerdas todo lo puro y blanco?

Yo lo recuerdo todo.

Las flores, la música, las luces y a ti.

Recuerdo tus brazos alrededor de mi cuello y una sonrisa frágil asomándose en tu rostro.

Casi puedo volver a escuchar de nuevo nuestra canción, tu voz susurrándola y el brillo grácil que te envolvía por completo.

El amor se esparcía alegremente en la fiesta, los bocadillos afrutados y salados, la comida y el empalagoso alcohol abundaban y entretenían casi tanto como la música.

Recuerdo que mis labios repetían aquello, una y otra vez.


«Solo nosotros dos».

«Construyendo castillos en el cielo».

«Solo nosotros dos».

«Tú... y yo».


Besé tus labios como si fueran mi vida, mis sueños y mi amor. Te besé como si fueras todo lo que existía en el mundo, porque, siendo sincero, así era.

Lo eras todo, y yo sin ti no era nada.

Aquel precioso día me mirabas como si yo realmente fuera lo único que te importara. Y, embriagado, por la dulzura de mis besos, del alcohol o de los nardos, me recibías gustosamente sobre tu boca, mirándome fijamente con aquellos, tus ojos bellos, que relucían especialmente seductores para mí.

A un lado, en la pista de baile, tus padres bailaban con los míos, riendo por algún chiste viejo, o porque mi madre, abrazada a mi padre, afirmaba que ya estaba a punto de caer.

Tu hermana hablaba con mi mejor amigo en las mesas, su rostro lucía algo hipnotizado por las artes de aquel suizo experto en el arte de la seducción que arrebataba suspiros y sonrisas con un aleteo coqueto de sus pestañas.

Tu mejor amigo no fue a la boda.

Lo llamaste incontables veces, y, ya muy entrada la noche, te devolvió la llamada.


«Lamento no estar allí, Yuuri».


Te dijo.


«Pero no puedo ver cómo arruinas tu vida».


Te aseguró.


«Ese hombre, ese "Victor"».

«Él... Yuuri...».

«Él es tan malo para ti».

«De tantas maneras».

«No puedo solo sentarme con los demás y observar cómo te destruyes».


Me pediste un momento a solas para hablarle, y me alejé a una distancia prudente.

𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐘𝐮𝐮𝐫𝐢 [𝑉𝑖𝑐𝑡𝑢𝑢𝑟𝑖] (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora