Capítulo 6.

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Llamaron a Danny, y era el hospital. Sara habÍa tenido un accidente y estaba muy grave.


Fuimos lo más rápido que pudimos a ver a Sara, aunque la verdad es que no sé que pintaba yo ahí ya que Sara y yo no nos llevamos muy bien que digamos. Entre lo que me hizo aquel dÍa, que yo creía que por fin tendría una amiga y sería feliz en la vida y resultó que no, y entre que yo soy amiga de Danny y se cree que me lo estoy follando, básicamente pues no hay mucho que hacer.


Aunque no se porque piensa eso pero sé que lo piensa. Lo leo en esos ojos de bruja que tiene. Mal bicho.

Pero tampoco le deseo la muerte, porque al fin y al cabo, todos tenemos derecho a una vida aunque la utilicemos PARA JODER A LA GENTE Y TIRARTE A TODO LO QUE SE MUEVE.


VALE, YA ME CALMO.


Le dije a Danny que entrase él primero y luego ya pasaría yo, no quiero que se líe en un hospital, además, Danny ya tiene bastante...


-Hola cariño, ¿Qué te ha pasado? -dijo Danny mientras se sentaba en el borde de esa cama de hospital tan cutre-.


-¿QUÉ NO ME VES O QUE? TODO HA SIDO CULPA TUYA, POR DECIRME QUE ME FUERA DE LA CLASE, ¡SUBNORMAL! -dijo Sara alterada-.


Escuché los gritos procedentes de la habitación pero la verdad, no me atrevía a entrar. Esa bruja hace lo que sea, créeme.


Esperé y esperé hasta que Danny salió de la habitación medio llorando. Pero claro, los hombres no lloran. Solo era una pestaña en el ojo.


-Ey Danny, no te preocupes... -le abracé-.


-He roto con ella, estoy harto. Es una puta psicópata.


-Bueno hey, tranquilo... Mira el lado positivo, ahora puedes ligar con otras -solté una risita y le guiñé un ojo-¡ VIVA LA VIDA HOMBRE! -grité-.


rió.


reí.


reímos.


Y nos fuimos, esta vez, a su casa. Cenamos pizza, y vimos una peli de miedo de esas que molan tanto. Como a mi no me da miedo es divertido, porque le asusto.


-¡BUUUH! -grité-.


-¡HAY CAPULLA! -rió y empezó a hacerme cosquillas-.


Caímos al suelo, yo encima suya. Nos mirábamos como si en ese momento el mundo fuera a acabarse. Como si fuera en último segundo de nuestra vida y quisiéramos pasarlo mirándonos a los ojos. Como simplemente, enamorados.



Cosa que no éramos.

Nos levantamos y sacó un colchón inflable.


-Tú dormirás al lado de mi cama, en éste colchón raro de la tele tienda -rió-.


-Me parece bien señor que compra cosas de la tele tienda -le guiñé un ojo-.


Y es que al final, acabamos abrazados durmiendo juntos.


El secreto de Laura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora