Complicaciones.

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A la mañana siguiente me desperté sin ser despertada por nada, claro, no había para qué despertarme o algo pero bueno, me levanté para verla, ella seguía durmiendo plácidamente, decidí no levantarme aún, no había necesidad alguna; me la quedé mirando, en silencio, escuchando como fuera de mi puerta el movimiento era más que adentro. Suspiré prefiriendo salir, dudaba que verla dormir me hiciera bien luego de todo lo que pasó.
Al salir de mi habitación, saludé a todos, menos a mi madre, las miradas con ella eran incómodas, no quería intercambiar palabra alguna con ella, aun sabiendo que le debía una explicación pero eso sería después.
Me hicieron despertarla, lo cual hice con bastante sutileza, no me gustaba despertar a la gente, jamás ha sido de mi agrado ya que incluso yo me molesto cuando me hacen eso.
Todos fuimos a la mesa, tomamos desayuno "normalmente" aunque claro, el ambiente junto a mi madre era de lo más raro, se notaba la tensión de ella hacia mi y mi compañera.

Al momento antes de salir, mi abuela se metió a la ducha, ellos la irían a dejar hasta el paradero donde pasaban los taxis hasta la casa de ella pues no la podían ir a dejar ya que todos teníamos quehacer. Me metí al baño donde estaba mi abuela, comenzando así una conversación con ella.
—Abuela... Te tengo que contar algo, pero luego. ¿Puedo ir con ustedes?
-Claro que puedes pero ya cuenta, qué pasó.
Me preguntó a lo que yo algo incómoda traté de explicar.
—Es que verás... Mi compañera, la que vino no era tan sólo eso, era algo más cercana y bueno, mh, ayer mi mamá nos pilló en...en eso.
— Mh... Entiendo ¿Y qué te dijo?
—Bueno, aún no hablamos de nada pero ya la conoces, abrió la puerta que por cierto estaba con llave y nos comenzó a gritar y cosas.
—Sí, la conozco, pero bueno... Por lo menos, dile que se estaban comparando los pechos o algo así.
Aquello me hizo reír, mi abuela si sabía como sacarme una sonrisa, ella me relajaba.
—Oye, pero... ¿Qué son?
Me preguntó antes de que saliera del baño a vestirme, por lo que me detuve bajando mi mirada.
—Pues... Nada, ya nada.
—Mh, comprendo. Luego hablamos eso, ve a cambiarte para que vayamos.
—Claro, gracias abuela.
Luego de aquello salí del baño hacia mi habitación en donde estaba ella, tan sólo la ignoré, ella estaba en su móvil por lo que ni atención me tomó mientras me cambiaba de ropa. Quería hablarle, el silencio realmente hasta el más mínimo me deja incómoda pero ¿De qué? Realmente cuando algo me tiene triste no reacciono a nada. Preferí sólo guardar silencio y seguir con lo mío.
En el auto todo fue silencio, apenas si hablaba ella con mis abuelos quienes en sí son muy agradables y sociables. Al llegar a donde la debíamos dejar para seguir con lo nuestro nos despedimos, aunque yo no fui capaz de mirarla, tenía rabia e impotencia juntas. Luego de aquello el día fue normal, le conté lo que había pasado a mi abuela la cual me entendió y animó un poco; soy poco expresiva a decir verdad pero aunque no lo demostrara, se lo agradecía internamente.

Al par de días mi fiel compañera, mi abuela se debía ir de regreso a su cuidad debo admitir me entristecía un poco, mas nada podía hacer pues era lo que siempre pasaba. Se me hizo corto el tiempo junto a ella, debía volver a mi realidad ya.
El día lunes fue aburrido como siempre, tan sólo que ahora algo había cambiado, intercambiábamos miradas, unas de culpabilidad, otras de pena, bastantes.

Primera vez que les hablo, sólo les vengo a pedir disculpas por no actualizar, he estado ocupada y esas cosas. Ah, también disculpen el capítulo tan corto, ya luego haré capítulos más largos.
Eso, gracias por leer a las pocas personas que lo leen pero bueno, gracias por sus comentarios, para ver si les gusta o algo. Eso, chao.

La amante. | [Yuri hard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora