KILLER QUEEN [Loki y tú] |𝑟𝑒𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑡𝑢𝑟𝑎|

00 DestinyStar

Los genes Stark son una bendición para el mundo, tanto para la industria como para el progreso tecnológico. Y claro, para las portadas Playboy. La inteligencia y atractivo que portaban terminaba siendo de provecho para todos, y sus enemigos eran conscientes de ello. Howard Stark marcó el futuro de su descendencia al trabajar con la armada estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, Hydra le haría pagar utilizando su sangre en contra de sus objetivos. Aunque él moriría mucho antes de saberlo.

El experimento "DestinyStar" se basaba en la modificación genética de un bebé con capacidades intelectuales mucho superior a la media, ahí es donde entraba el ADN Stark. Esta misión tenía como protagonista a una preciosa agente rusa de cabellos castaños y brillantes ante el sol. Junto a sus ojos hipnotizantes, se embarcó en la misión de engendrar la posible arma más poderosa que tendría la organización alemana. Misión que, en realidad, no fue nada complicada; el genio y millonario Tony Stark no reparaba en indagar sobre las mujeres con las que se acostaba. Cuando una mujer linda y sexy se le acercaba, no ponía en tela de juicio nada más que las curvas.

Meses más tarde, una ecografía a la mitad del embarazo indicó que el bebé sería una niña, lo cual generó que los científicos pensaran que sería mejor irrumpir la gestación y abandonar la idea. Después de todo, el Soldado del Invierno se desenvolvía bien, y dudaban que una mujer fuese capaz de alcanzar sus habilidades. Sin emoción ni cariño alguno, la mujer soltó que tal vez sí debían continuar con la idea. No porque amara a su bebé, nunca acarició su vientre ni conectó sentimentalmente con su producto, ella tan solo pensaba en el poder que tendría en Hydra si la Stark cumplía con las metas. Y así fue, con apenas unos meses la bebé logró demostrar su intelecto, y ello le valió ser el experimento principal de la organización. Entrenar-aprender-inyectables, eso era su realidad, todo direccionado a ser tan letal como el Soldado del Invierno.

Que fuese resistente y tuviera fuerza sobrehumana era esperado, pero sorprendió su capacidad de burlar la gravedad, la cual emergió a los siete años. Desde entonces, casi todos los esfuerzos se centraron en ella, a tal punto que las misiones del Soldado del Invierno pasaron de asesinar y cumplir misiones a entrenar a una niña de nueve. Ambos eran encerrados en una habitación de concreto, y nadie los vigilaba desde dentro porque no cuestionaban de la feracidad del soldado. Le habían ordenado que volviera a la niña tan poderosa como para llevar a cabo sus ideales, sin importar el castigo físico que pudiese involucrar ello. Es decir, el soldado podía golpearla sin represalias.

Sin embargo, nunca lo hizo. Se convirtió en la única felicidad de ella porque sí que la entrenó, mas no de la forma en la que Hydra hubiera querido. Nunca le tocó un pelo de manera agresiva, pero fue la primera persona que la abrazó y motivó en su vida. Por alguna razón, James emergía con ella, no completamente, empero dejaba de ser enteramente un asesino. Era como si el destino no permitiese que algo malo le ocurriese a ella, tan fuerte era aquella fuerza invisible que un aprecio intrínseco los atravesó.

Por ello, cuando SHIELD encontró la base donde ellos se encontraban, Bucky Barnes emergió para liberarla de las garras de la organización terrorista. Aquella lucidez que le otorgaba la presencia de la menor solo le permitió pensar en el bienestar de ella, él no importaba. Es más, si moría por preservar su seguridad y felicidad, tal vez lograría expiar parte de sus pecados.

— Escucha, princesa, yo me encargaré de hacerte un camino y correrás hacía la salida — explicó rápidamente mientras abría levemente la puerta para ver más o menos el panorama de pánico que había— Saldrás a un bosque, busca a alguien que te ayude, pero no confíes en cualquiera.

— ¿Tú vendrás a buscarme? —la niña tomó el brazo de metal del americano— Podemos ir juntos, yo te ayudaré a pelear. Te juro que no estorbaré, sé que puedo ayudarte.