- Gracias, Takashi - Dije sin subir la cabeza.
- ¿Por qué? - Su voz ahora era más suave, levanté la cabeza y lo miré.
- Por quererme - El color rojo subió rápido a sus mejillas y giró su cara para que nuestros ojos no se encontraran - Quien es el qu...
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EL FUTURO
9 de junio, 2006
Época de exámenes. Siempre la odié. Nunca se me dio bien estudiar. Me encanta aprender y probar cosas nuevas, pero los exámenes pueden acabar conmigo inmediatamente.
Quedaba una semana para que los exámenes finales aparecieran de manera definitiva y arrasaran con la poca estabilidad mental y emocional que me quedaba, así que me había pasado una semana entera con mi cabeza entre los libros.
La mesa de mi escritorio estaba llena de papeles, formularios y lápices. Mi mochila estaba tirada en algún lugar de mi habitación y mi cama estaba sin hacer. Por la ventana el sol entraba de manera arrasadora, dejando un calor impresionante a su paso. La llegada del verano vino de repente sin avisar a nadie. Un día pasamos de llevar chaquetones a tener que ponernos manga corta para no morir de calor.
Encima de la cama, en algún lugar entre las sábanas, estaban unos cuantos boletos de universidades. Tenía tres universidades en mente. Las tres eran de diseño. Es a lo que me quería dedicar. A diseñar. A dejarme llevar por los colores y la pasión del dibujo.
Solo tenía que seguir estudiando como lo he hecho hasta ahora y podría entrar a una de esas. Solo tenía que aprobarlo todo. Sin complicaciones. Esta semana había apagado el móvil por completo. Me había aislado totalmente con la mentalidad de estudiar sin parar. Había dejado de ir al club, no sin antes avisar, claro.
Mitsuya se opuso a que apagara el móvil y dejara de asistir al club, pero no le hice caso.
Después de los exámenes ya estaría para él. Ahora mismo lo que necesitaba era estudiar, comer, dormir y atender a clases. Incluso Aneko tuvo que hacer lo mismo que yo el año pasado para entrar a la universidad. Después de la pelea, Aneko se centró más en sus estudios y dejó la pandilla para siempre, aunque no dejó de ver nunca a sus amigos. Aneko hoy en día estudia una carrera de Física. Le gustan los números. Tiene incluso una beca por sus buenas notas.
Frustrada dejé los apuntes de historia en la mesa y me levanté. No podía seguir estudiando. Llevaba cinco horas encerrada, e incluso yo sabía que eso no era sano. Me dirigí al lavabo y tomé una ducha. Una de las largas. Encendí el altavoz y me relajé debajo del agua. Veinte minutos después salí del lavabo, me vestí y me sequé el pelo. Me sentía bien. Como nueva.
Salí del lavabo y me dirigí a mi habitación otra vez.
– Ni se te ocurra volver a entrar ahí – De repente alguien se puso delante de la puerta y no me dejó seguir mi camino.
La persona era a quien había estado ignorando toda la semana. Iba vestido con una camiseta blanca, unos tejanos largos y unas bambas a juego con la camiseta. En su muñeca se podía ver una pulsera de una constelación y en su oreja un pendiente blanco y negro.
