Capítulo 4

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Estaba enojado.

No. Estaba furioso.

Con la diosa luna, con él mismo y con ese tonto omega.

¿Porqué lo ignoro como si fuese cualquier alfa?

Maldecía mientras caminaba hacia la salida, porque no podía soportar más estar en el mismo lugar de aquel omega tonto.

¿Porqué no lo miró como si él fuera su mundo? ¿A qué se debía su cara, como si fuese a vomitar? ¿Es que acaso lo consideraba demasiado feo?

No. No podía ser, Jeon Jungkook era uno de los alfas más codiciados de toda la universidad, y ese omega de primer ciclo no haría que dude de ello.

- ¡Jungkook! ¡Espera!

El mencionado decidió que iba a ignorar la voz de su primo.

- Oye! — lo reprendió cuando logró alcanzarlo — No deberías ser tan duro con él, quizás es un poco despistado, es por eso que no se dio cuenta.

- Deberías haber pensado en una mejor excusa. Esa es demasiado estúpida — escupió Jungkook.

- ¿Porqué no solo tratas de hablar con él?

- Estas loco si piensas que voy a rogar por sus sentimientos — soltó una risa sombría, tratando de calmar su enojo — Ahora que lo pienso, es mejor así. No quiero a un omega feo y defectuoso, que ni siquiera puede reconocer a su alfa.

- Te vas a arrepentir de lo que dices.

- No lo creo. Yo no tengo ningún omega — gruñó alejándose de su primo, para al fin salir del campus. Necesitaba mantener su distancia de aquel omega con olor a fresas y rosas.







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Dar una pequeña fiesta fue una buena idea cuando sus padres salieron de viaje. Pero hacer la limpieza un día después, le hacía cuestionar de si había válido la pena.

Cuando se dispuso a darse un baño para luego empezar con la limpieza y la búsqueda de su primo por algún rincón de su casa, el pestillo de la puerta de su habitación, se encontraba colocado. Trato de forzarla, pero era en vano. Jungkook, fue lo primero que pensó. Esa pequeña rata había usado su habitación para ganar al fin su estúpida apuesta. Pensando en su pobre cama usada, tomó su móvil para llamar al celular del menor, y efectivamente, sonaba dentro de su habitación.

Jungkook..

Golpeaba la puerta llamando al menor.

Jungkook, ya es de día. Levántate.

Jungkook! No me hagas ir a buscar las estupidas llaves!

¡Jungkook! ¡Desgraciado, sal de una vez!

Tenía que ser una jodida broma. Una casa que limpiar, un dolor de cabeza que bajar y un Jungkook atrincherado en su habitación. Con algo de pereza fue a la oficina de su padre a buscar las llaves.

Cuando al fin las obtuvo, se encaminó a su habitación nuevamente, cuando unos gritos hizo que botara las llaves. Pareciera como si hubiesen matado a alguien. Rápidamente las recogió y abrió la puerta de su habitación.

Nada lo había preparado para eso.

Jungkook en el suelo y Jin tratando de ocultarse en sus preciadas sábanas azules.

Ninguno decía ninguna palabra más que tontos balbuceos. Namjoon tampoco creía poder decir algo, pero trató.

- Us-us.. te.. des.. tuvieron sexo? — preguntó Namjoon, señalandolos.

Venganza fallida 《 Kookjin 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora