Capítulo 2

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Apagué la alarma de mi celular para después levantarme de la cama. 

Ya había amanecido, y hoy era el día en que empezaba a trabajar en una cafetería.

Me duché y arreglé para bajar por las escaleras y llegar a la sala. Mi madre adoptiva estaba del otro lado de la isla que separaba la cocina del comedor, bebiéndose un café. Al notar mi presencia, hizo el mínimo esfuerzo para voltear a verme.

Yo le devolví la mirada, indiferentemente y ella volvió a prestarle atención a su café. 

— Recuerda lo que hablamos. — Sólo me dijo eso y volvió a hacer como si no existía. Yo sólo pronuncié un ''sí'' entre dientes. 

Sin esperar más, salí por la puerta principal usando mis llaves y me fui rumbo a mi nuevo trabajo. 

Tras unos minutos caminando, llegué al lugar y apenas entrar me llegó un agradable aroma a café. 

— ¡Bienvenida! — Me habló un hombre alto que llevaba repostería al mostrador. — Mi nombre es Toni, tú debes ser ____, ¿no? 

— Gracias, y sí, esa soy yo. Un gusto, ¿le ayudo con eso?

— Tutéame y no te preocupes, esta es la última tanda. — Dijo con una sonrisa mientras organizaba la comida. — Eso sí, ponte el uniforme que estamos por abrir. 

— De acuerdo. — Entré por la puerta con el cartel ''Sólo personal autorizado'' y me cambié en los vestidores. Cómo tuve un mini-tour el día que me contrataron, no tardé en encontrarlo. 

El uniforme consistía de un poloché blanco con cuello, un delantal naranja pastel con el logo del lugar, y pantalones/falda negros/a.

Al salir, Toni se encontraba volteando el cartel de cerrado a abierto. Yo me coloqué detrás del mostrador.

Al voltearse, Toni me sonrió y se colocó detrás de la caja registradora. 

— Ahí viene el primer cliente, ¡suerte! — Susurró hacia mi dirección. 

— Bienvenido, ¿en qué puedo servirle? — Dije cortésmente mientras observaba al hombre frente a mí. 

— Una dona de chocolate, por favor. — Señaló la que quería. — Y un espresso macchiato. Para comer aquí. 

— En camino. — El hombre pagó y después tomó asiento en una mesa de uno y preparé su orden. Saqué la dona del mostrador que me había señalado y la coloqué en un plato. Después, tomé un vaso y eché el espresso seguido de la espuma de leche. 

Coloqué todo en una pequeña bandeja junto con unos sobres de azúcar. En lo que llevaba la orden a la mesa del hombre, escuché la campana de la puerta principal. 

— Buen provecho. — Coloqué la orden en la mesa y me dirigí rápidamente al mostrador para atender el próximo cliente. 

— Bienvenido, ¿qué desea? — No pude evitar mirarlo de más, el hombre frente a mí vestía de forma muy... llamativa. Tenía una especie de traje magenta que dejaba ver su pecho con una forma de corazón. También emitía un aura misteriosa. 

— Un pudín. 

— ¿Para llevar? — Dije mientras sacaba su pedido. 

— No, gracias. — Sin más, el hombre pagó en la caja y se fue a sentar en una de las mesas. 

Coloqué su pedido en un plato y lo llevé a su mesa junto con unas servilletas y un tenedor. 

— Buen provecho. — Lo coloqué frente a él. El hombre me agradeció con una sonrisa cortés y me marché al mostrador.

PASSIONATE [Giorno Giovanna x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora