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El héroe de la ciudad sabía que algo faltaba cada vez que DBK y su esposa atacaban la ciudad; y es que era obvio la falta que hacía.

Además de organización y evitar sus problemas privados en la pelea; faltaba Red Son.

Cosa extraña pensó Qi Xiaotian, pues si el sentido común no le falla, entre los tres de la familia del Rey Demonio Toro; El más joven siempre fue el más entusiasta respecto al tema de "vencerlo y robar el bastón "

Pero bueno, si no está Red Son mejor para él.
Al menos ya no tiene que preocuparse de los desastres que esté chico con su piroquinesis puede hacer en la ciudad.

Pero en sí, las cosas se han vuelto un poco más calmadas y aunque Pigsy dice que está calma durará muy poco, su persona prefiere concentrarse en lo bueno que le está brindando la vida en este momento.
Hasta agradecería al cielo mismo por dejarle finalmente respirar de los continuos ataques que el chico de cabello rojo dirigía seguido hacia su persona.

—. ¿Porqué crees que ha desaparecido?—Preguntó Mei, mientras su atención se encontraba en su celular, seguramente estaba viendo un video de perritos y por ello no le dirige la mirada por ahora—

Ahora se encontraban ambos en el restaurante, Mei simplemente pasando el rato en el lugar, Tang disfrutando su plato de fideos y Pigsy haciendo milagros para atender tanto la comida que estaba a punto de quemarse como a los clientes que no paran de llegar y llegar.

Él en cambio, solo está esperando a que le entreguen las órdenes para el servicio a domicilio, lo que pasará con la clientela en el restaurante no es mucha su responsabilidad.

—. Meh, ¿tal vez sus padres lo echaron de casa?—Se encogió de hombros; si lo echaron, o escapó o lo que sea, no le importa mucho a decir verdad, solo esta feliz que eso significa que ahora es alguien menos contra quien pelear—

—. De su papá sí lo creo, pero de que su mamá haya permitido eso...—Volteo a verle por un segundo para después seguir disfrutando su video de perritos—

—. No... en realidad también creo que ayudó para sacarlo de allí—Es una teoría, da igual que estén imaginando ambos ahora—. No por nada se esfuerza tanto, ¿no crees-

—. ¿¡QUÉ HACES AQUÍ!? ¡YA ESTÁN LISTAS LAS ÓRDENES VETE SI NO QUIERES PERDER TU EMPLEO!

Bueno, la conversación queda pendiente para más tarde, ahora va a intentar no perder su empleo.

Así corriendo, se va del establecimiento rogando que al menos hoy no lo ataque ningún demonio.

-000-


—. ¡PERDONA QUE LLEGUE TARDE! no espere que me tomara tanto tiempo repartiendo, ¡Pero ya estoy listo! ¿Qué aprenderé hoy? ¿Cambiar de forma? ¿Volar sobre una nube? ¡Porque ho-

El lugar estaba en un silencio sepulcral; sólo su eco podía escucharse, lo cual es raro, contando que la isla misma es el hogar de miles de monos y que el mismísimo Gran sabio igual que el cielo: El Rey mono viva aquí ya es suficiente para demostrar que este lugar no debería estar en un silencio tan intenso.

—. ¿...Hola?
Nadie respondió.

Se adentró más en el hogar del Rey y el silencio seguía vigente.

...Sí, ya se está preocupando.

¿Acaso Macaque vino a la isla y de alguna forma lastimó a Sun Wukong? ¿White Bone Spirit? ¿El Rey demonio toro?
La ansiedad empezó a carcomer al elegido mientras seguía buscando señales de vida.

"...or está vez, ¿está bien?"

HAY ALGUIEN CON VIDA.
Empezó a correr a donde escuchó la voz del Rey mientras se regañaba así mismo por creer que hay alguien que puede lastimar a Sun Wukong. Que idiotez, ¿Se le olvidó de quién habla?

—. ¿Está todo bien?

El lugar se mira en paz, parece que no hubo alguna batalla y ya viendo a la dirección de Sun Wukong, está hablando con-

—. ¿¡Red Son?! ¿Qué haces aquí?

El chico le volteó a ver y bueno, no esperó que su mirada estuviera tan vacía.

Tampoco espero verlo con unas muñequeras doradas y lo que parece, también una tobilleras doradas junto con una gargantilla de oro con joyas verdes claro.
¿Porque viene con tanta cosa puesta?

—. Repartidor...
Fue lo único que dijo al verlo.
No mostraba ni felicidad, ni enojo, ni sarcasmo, ni exasperación, nada.
Lucía vacío de vida y por algún motivo eso le pareció algo triste.

Y parece que no es el único con ese sentimiento, pues Sun Wukong lo mira con tristeza y... ¿algo de enojo?; El Rey después de al menos sacarse el enojo de su mirada, habló.

—. Ven otro día Red, ahora regresa a tu dueña.

¿Dueña?

Y cuando creyó que el chico de fuego contestaría o se aprendería fuego.
El chico simplemente desapareció en una opaca llama.


Ok, ¿qué diablos ha pasado?
El desaparecido hijo de los malos aparece en la montaña de frutas y flores, como si nada, sin necesidad de prender fuego todo el lugar a hablar con Sun Wukong, el enemigo No.1 de su padre y después de que el Rey obviamente buscaba molestarlo; sin reaccionar, se va.

Sin duda algo está mal.

Y por ello tal parece que el rey mantiene un semblante muy serio.
MK jamás había visto al Rey mono tan serio.
¿Acaso el demonio le dijo algo?

—. ¿...Rey mono? —Titubeo un poco al ver como su extrovertido mentor se encontraba con una calma tan descolocante—. ¿Está todo en orden?

El Rey le dirigió lo miró con una mirada que no supo cómo interpretar y después de eso su expresión se suavizó.

—. Sí, todo está bien —Un suspiro salió de la boca del mono y, cambiando su semblante, apoyó uno de sus brazos en los hombros de Qi Xiaotian—. ¿Qué te tomó tanto tiempo para venir?

—. El trabajo como siempre —Se volvía demasiado común eso de llegar tarde a sus entrenos y eso curiosamente enojaba a su maestro—. Pero no pasó nada, ¿verdad?

El Rey solo se encogió de hombros.

—. ¡Nada de qué preocuparse! Al menos por hoy

—. Qu-

—. Pero en fin, ya que estás aquí, ¡podemos iniciar tu entrenamiento!

Volvió el Sun Wukong que conoce y, aunque no parece que va a hablar acerca del porqué Red estaba en su isla, sabe que es algo importante.

Y se lo quiere ocultar.

Algo le dice a MK que este pequeño tiempo de paz que había conseguido ha llegado a su fin.

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