One Piece en Hogwarts (Ace Y Tú) - (Ichiji Y Tú) [FINALIZADA]

26- Thatch

Curso: Tercero

El prisionero de Azkaban

Edad: 13 años

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(Tn) dejó la maleta a un lado de la calle y se sentó en el suelo al aldo de ella. Había discutido con su tío y los había amenazado con la varita despues de haber hecho volar a su tía convirtiendola en globo. Algo que estaba prohibido para los magos y brujas menores de 16 años.

Sin dudas se había metido en un buen lío.

Suspiró y miró a su gato, el cual estaba metido en su jaula de transporte viéndola atentamente.

(Tn) - Encontraremos otro lugar, no te preocupes. -le dijo con ternura y el gato ronroneó a modo de respuesta.

Algo bueno que tenía el asunto, es que Jimbe el primer año le mostró su cámara en el banco. En la cual sus padres le dejaron el dinero suficiente para vivir tranquila. Por ello pensó en rentar alguna habitación para ella y su gato antes de entrar al nuevo curso, el cual iniciaría mañana.

Un gruñido la distrajo de sus pensamientos y levantó la mirada hacia el frente. Su gato se removió nervioso en su transporte y la niña achinó los ojos con la esperanza de poder ver mejor aquella zona oscura que había al otro lado de la calle, pudiendo distinguir así algo que provocó que su sangre se helara. Unos ojos que la miraban atenta.

Llevó su mano hacia su bolsillo en busca de la varita pero un autobus se puso rápidamente frente a ella cortando el contacto visual con aquello.

El gato maulló asustado por aquello y las puertas se abrieron delante de la joven, quien aún seguía sentada en el suelo.

Pauline - Bienvenida al autobús noctámbulo, sube no tengo toda la noche. -dijo con un puro entre los labios.

La pequeña tomó sus cosas y se dispuso a subir pero Pauline le quitó la maleta para subirla él mismo mientras la pequeña abrazaba el transporte de su gato.

Al subir vio aquel autobús lleno de camas y con varias personas durmiendo en ellas.

Pauline - Ten. -dijo dándole su maleta y un ticket de viaje.

La joven lo tomó y las puertas se cerraron.

Pauline - Nos vamos. -anunció antes de pisar el acelerador y provocar que la joven cayera hacia atrás contra una de las camas mientras el gato daba un maullido por el susto.

Aquel autobús corría por las calles provocando que todo lo que había en el interior de aquel autobús se tambalease, pero a pesar de eso, la gente seguía durmiendo.

(Tn) - Sapos y culebras... -musitó incorporándose.

Pauline - ¿Cómo decías que te llamabas? -preguntó a la niña.

(Tn) - No lo he dicho...

Pauline - ¿Y a dónde te diriges?

(Tn) - Al caldero chorreante, en Londres...

Pauline - Al caldero chorreante... ¡Anciana a las doce!.