prologo

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Narradora

-Si tía Emilie, ya estoy inscripta a su escuela, si, yo también estoy emocionada de verte tía. Te quiero, bye- colgaba la rubia.

Estaba en el aeropuerto junto al mayordomo que su padre le envió, el cual llevaba sus maletas, no empaco mucho, pues planeaba hacer compras por París.

-el coche está esperando afuera señorita- la rubia camino hasta la salida donde un chófer la esperaba con un cartel que llevaba su nombre, este al verla le abrió la puerta del coche, y luego de que cargaran sus maletas inició su viaje.

-Adrinkis!- el nombrado río apenas oír el apodo por el cual su mejor amiga lo llamaba. El había decidido comunicarse con ella para saber como estaba.

-Chloe! Como estas? Lista para volver a la vida Parisina?- la rubia río con superioridad.

-deberías decir, paris esta listo para el regreso de chloe Burgeios?- el rubio río, realmente la había extrañado. -voy hacia tu casa, prepárate Adrienbu- el nombrado sonrió al otro lado del teléfono y chloe colgo.

Así ella se permitió disfrutar de los cambios que había en la ciudad. Lo cierto era que se había marchado de Paris para ir con su madre en el segundo año escolar. Y jamás sufrió una decepción tan grande, puesto que su madre sólo la dejó a su suerte.

En parte se lo agradecía, ya que así logro ir a una escuela especial y conocer a los chicos más increíbles que pudo haber conocido.

Su hermanastra Zoe, Mercury y Melody . Fueron las mejores personas de todo New York, lo mejor de todo es que no conocían a su hermana con anterioridad, cosa que le alegro porque no deseaba tener amigos gracias a ella, deseaba hacerlos por quien era y como era.

Cuando llego a la mansión del rubio bajo y rápidamente corrió hacia el al verlo esperarla en la entrada.

¿Podía tener un mejor amigo más maravilloso?

En definitiva, cuando finalmente salto a sus brazos y ambos se abrazaron con fuerza, se dio cuenta que lo que más había extrañado era al rubio y sus abrazos.

-Te extrañe demasiado, la escuela no fue la mismo sin ti- la rubia río.

-yo también te extrañe, y claro que sería diferente sin mi, más aburrida claro- el rubio río un poco, ambos se separaron.

-Pasa, mamá te extraño demasiado- así ambos entraron a la mansión, en la entrada Emilie venía corriendo a abrazarla.

-Chloe! Cariñooo- la rubia río, hace unos minutos atrás habían hablado.

-Tia Emilie, te extrañe- le devolvió el abrazo.

-aww nosotros también, Adrien se la pasaba hablando de- el rubio detrás le hacía señas para que se callara- tus películas y lo que le contabas de tu vida en New York- el rubio se puso completamente rojo. Chloe volteo a verlo, y el con una sonrisa le negaba y hacia señas como si su madre estuviera loca. -hey mocoso, no estoy loca- ambos rubios rieron.

Y así tomaron te un rato hablando y actualizándose. Lo cierto es que Chloe venía también porque Amelie le indico que próximamente grabarian una película ahí, y le resultó la excusa perfecta para volver.

En parte también quería saber qué fue de Paris. Lo cierto y lo que ella no sabía, era que Hawk moth había logrado obtener los miraculous de los heroes. Había logrado restaurar toda la realidad borrando su existencia, para todos excepto aquellos que portarán un kawatama. Ahora Emilie se encargo de criar a su hijo, y un nuevo hawk moth estaba a cargo, utilizaba mejor que nunca sus akumas y sentimonstruos.

Pero claro que era algo que Adrien no le había dicho, ya que eso revelaría su identidad, y la única que la conocía era Ladybug, Marinette.

-oh, creo que es hora de que se vayan a la escuela, suerte a ambos, y chloe mi hogar es tu hogar- la rubia sonrió, y camino junto a su mejor amigo hasta fuera de la casa, donde el hombre apodado "gorila" por ellos, los llevó en coche hasta la escuela.

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