El chico de las promesas (NamJin)

Capítulo 3: Una propuesta algo extraña

Desde que vi a Seong en la univerisad, por obras del destino me lo encontraba más seguido y eso no me estaba agradando del todo. Sobretodo porqué desde que me negué a ir con él a desayunar, su actitud era diferente a la vez que lo conocí.

Intenté evitarlo lo más que pude, incluso salía más temprano de lo habitual de mis clases para desaparecer sin dejar rastro. Sin embargo, se hizo amigo de Daesong con una facilidad que yo mismo no creía posible, con confianza le pidió mi horario por lo que era muy frecuente que lo viera en la puerta de los salones en donde asistía.

(...)

Hoy era uno de eso días (después de varios meses viendo que hace lo mismo) en donde el peligris me esperaba con los brazos cruzados sobre su fornido pecho en espera de mi salida. Solo suspiré al ver su figura reflejándose en la ventana mientras guardaba mis cosas y me preparaba mentalmente para enfrentarlo.

Salí de aquel lugar ignorando un poco la presencia del chico que de manera rápida tomó mi brazo.

—¿Por qué me ignoras? No he hecho nada malo. — Espetó con tristeza.

—Seong no sé cuáles sean tus intenciones conmigo, solo quiero que me dejes en paz.

No quise ni mirarlo porqué sabía que ver su rostro con la expresión de perrito triste me haría cambiar de opinión.

—Oh vamos, ¿De verdad no te das cuenta del por qué te sigo a todas partes?

Aquella pregunta hizo que ahora todo mi alrededor se detuviera. Nunca me había cuestionado sobre la razón de su insistencia conmigo. Pensé que solo me seguía por mi dinero o cosas así.

Por más que me negaba a verlo, inhalé aire y lo enfrenté con una expresión de confusión.

—Pues dime el porqué.

Seong me sonrió al ver que mi atención estaba en él. Se acercó un poco más a mi mientras tomaba mi mano con delicadeza. De cierta manera odiaba el contacto físico y más si lo hacían al hablar.

—Me gustas Jin, desde que te conocí en aquella fiesta no pude sacarte de mi mente. Tu linda risa me cautivó y tu hermosa sonrisa me enamoró.

Aquellas palabras parecían pequeños golpes en mi cabeza haciendo que quedara estático y sin saber que decir. ¿Cómo que Seong era gay? Pues no se le notaba la verdad y también ¿Cómo es que uno se puede enamorar de alguien en tan solo un mes? Eso si es tiempo récord. No obstante, un tono rojizo apareció en mis mejillas por esa confesión tan repentina.

—Seong... yo no soy gay así que ríndete. Prefiero no darte ilusiones.

Bajé mi mirada al suelo, eso del amor entre el mismo sexo no lo comprendía del todo, por curiosidad leí un libro sobre una pareja homosexual y fue una experiencia mágica que para mi mal, mí madre descubrió e hizo todo lo posible para que la idea de que quisiera algo así no pasara por mi cabeza. Sin embargo, me daba algo de curiosidad algo así para comprender mejor el contexto.

De repente, Seong me abrazó y acercó su boca a mi oído. No podía moverme, por lo que eso hacía que entrara un poco en pánico por el leve dolor que estaba apareciendo en mi cuerpo. Esta odiosa maldición de tener cuerpo frágil era un infierno.

—Eso no importa Jin, yo haré que cambies de opinión. — Se alejó y me tomó de los hombros para mirarme fijamente. —Dame un mes para demóstrarte que mis sentimientos son únicos, que no habrá otra persona que te sepa querer como yo.