Un lunes por la mañana a primera hora, el celular de Guillermo vibraba sobre la isla de la cocina. Una llamada con remitente en España, su jefe.
El castaño apenas había salido de tomar un baño, con una toalla en la cadera y otra sobre sus hombros, evitando que las gotas de su empapado cabello cayeran sobre su piel.
-- ¿Diga?
Guillermo contestó, colocando el celular entre su hombro y oreja para poder maniobrar con ambas manos. Preparando la cafetera y buscando entre los estantes el pan tostado.
-- Francisco, buenas tardes- perdón, días.
Aún después de seis años trabajando juntos el mayor seguía sin recordar la diferencia de horario.
-- ¿Qué sucede, Sergio?
-- ¿Ya estás en la oficina?
-- Aún no, pero ya voy de salida.
Que mentira. Guillermo siempre salía tarde de casa, como ahora.
-- Bueno, no importa. Deberías revisar el correo que te he mandado durante la madrugada, es un nuevo caso que ha sido actualizado.
Guillermo sacó del morral su MacBook y comenzó a buscar en su bandeja de entrada. En el correo que le había mandado Ramos estaba la información de Lionel Messi, un contrabandista de armas que era buscado desde hace varios años, adjunto venía el aviso de agentes estadounidenses confirmando el escape del argentino a México por la frontera de Los Ángeles - Tijuana.
-- Tanto Estados Unidos como Argentina están presionando y pidiendo de inmediato permiso para iniciar su búsqueda. Sabes que el gobierno de México no dará tal espacio así que hemos acordado que un par de agentes de allá trabajen en conjunto para capturarlo.
-- ¿Quién será mi compañero?
-- Bernal y Lozano.
Guillermo suspiró. No era que le cayeran mal precisamente, pero ambos agentes eran más jóvenes, propensos a salir heridos en un caso de tal magnitud.
-- Supongo que Farías estará involucrada también.
-- Claro, le han mandado desde California.
¿Podía ser peor? Bien era sabido que juntar amor y trabajo era contraproducente. Y ambas oficiales mantenían una estrecha relación en "secreto".
-- Agendare una cita, gracias Sergio.
Ambos colgaron y Guillermo pudo dar el primer sorbo a su café. Nuevamente suspiró, sabiendo que debía tomar un vuelo a más tardar mañana hacía Monterrey, lugar donde se ubicaba la sede de la Interpol más cerca al acontecimiento. Sin más preámbulos mandó un par de correos a los respectivos involucrados, agendó un encuentro en un sofisticado restaurante y reservo su boleto de avión y hospedaje.
Definitivamente debería replantearse contratar a una secretaria.
El vuelo fue tranquilo, no más de tres horas sentado en primera clase y checando noticias recientes de Cuccittini. Tenía un gran historial, desde sus inicios en Santa Fe, Rosario y más adelante logrando abarcar gran parte del Sur y Centro de América. Su mercado principal era el comercio de armas, transportadas desde Euroasia y vendidas a compradores anónimos. Nunca se pudo hacer un registro de las ventas, a dónde se dirigían, a quiénes iban, en qué moneda se pagaban. Sin duda sabía hacer su trabajo, sin dejar rastros.Al llegar a su hotel lo primero que hizo fue cambiarse el traje a una simple camisa y pantalones de vestir. El calor del norte nunca le había gustado. Tenía media hora para salir.
La vista era preciosa, eso no podía negarlo. Y el hotel cinco estrellas con aire acondicionado compensaba el viaje.
El lugar dónde había acordado verse con Lozano, Bernal, Farías, otro gringo y dos argentinos más era un elegante pero accesible restaurante de mariscos. Era al aire libre, con ambiente relajado y sin necesidad de etiqueta.
Guillermo fue el último en llegar, obviamente, y pidiendo disculpas se sentó a un lado de Hirving quien le miraba con esa jovial sonrisa.
-- Well, first of all, thank you for cooperating in such an important mission. Our duty to society is to lock up the biggest criminals and we hope that with your help we can finally solve this case.
Habló primero Emiliano Martínez, agente especial de las fuerzas armadas de Argentina.
-- You have said it, it is our duty.
Sonrió Matthew.
--They have some clue about the current whereabouts of Cuccittini?
Preguntó Guillermo. No estaba aquí para darse bonitas palabras o hacer nuevas amistades. Entre más rápido compartieran la información, más rápido se irían de ahí.
-- He cannot be far away, we have immediately given the order to close borders, highways and roads.
-- There have been reports in Ensenada, they say they saw him next to De Paul, his right hand.
¿Entonces que chingados estaban haciendo en Nuevo León y no en Baja California?
Los platillos que habían ordenado llegaron a la mesa. El pulpo a las brasas que había pedido Guillermo le ayudaba al mal humor que estaba teniendo. Con una copa de vino blanco decidió dedicarse a su comida y dejar que el resto hiciera las preguntas.
No se llevaron más de dos horas en la comida y postre, junto a la charla que iba sólo en dirección de Bernal y Farías. Guillermo anotó todo lo que pudo en su bloc de notas del celular y al ver que no había nada más por decir se levantó de la mesa.
-- Thank you very much, this meeting has been of great help, I hope to see you tomorrow to start the search tactic.
Ochoa sonrió falsamente y comenzó a pedir un uber de vuelta a su hotel. Si había algo que le molestaba eran los casos fuera de su país, pues involucraba a mucha gente y muchas citas. Él trabajaba mejor sólo.
Un Kia Río color azul se estacionó dos minutos después sobre la Bahía del restaurante y recogió al castaño. Mañana empezaría realmente el caso que cambiaría para siempre su vida.
N/A
¿Cómo le voy a hacer para actualizar cuatro fics? Ni yo sé, pero manden sus buenas vibras para que logre plasmar esta historia como la tengo en mi mente.
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I'm in love with a criminal
FanfictionFrancisco Guillermo Ochoa Magaña es un miembro honorable de la Interpol que recide en México, su país natal. Trabaja en conjunto a otros policías e investigadores de todo el mundo. Una mañana se le presenta un caso particular. Un criminal argentino...