Llevaba sin dormir aproximadamente treinta horas. Luego de capturar y llevar a Lionel hasta la comisaría, Guillermo tuvo que pegarse cuál chicle a la computadora. De entre todos sus contactos, el más fiel seguía siendo Guardado. Un viejo compañero que decidió irse para España y dejar el trabajo de campo. Su especialidad había sido siempre la investigación por el medio digital y cualquier cosa por muy vieja y profunda que fuera, Andrés era el indicado para sacarla a la luz.
Así que ahí estaba, a la espera de que su correo fuera correspondido.
Se llevó la taza con el último chorro de café y cuando el sonido de una notificación llegó todo el sueño que acumulaba en su cuerpo de esfumó.
Salió del cuarto para ir hasta las celdas provicionales donde se encontraba Lionel. No lo habían podido mover a Argentina porque no estaba ningún representante policial del país y tampoco permitieron que los gringos se lo llevarán. Preferían tenerlo ellos a cualquier otro.
Se aferró a los barrotes y chisto para llamar la atención del argentino.
-- ¿Qué pasá, boludo? Estas viendo que apenas puedo dormir sobre esta cama de piedra y vos venís a joderme.
Lionel no se había dado la media vuelta para reconocer que quien le estaba hablando era el agente de rulos. Lo ignoró y se tapó hasta el rostro con la delgada cobija que apenas le cubría.
-- Necesito que me digas dónde encontrar a Santos.
Cuando Guillermo pronunció aquello el contrario se levantó como un resorte, mirándolo por fin.
-- ¿Cómo conocés ese nombre?
-- Si quieres que te ayuda contra los americanos debes darme información. Dime dónde se oculta Santos.
Repitió.
Lionel estaba entre la espada y la pared. Neymar era un viejo amigo suyo que estuvo muy metido en el negocio los primeros años, pero cuando hizo una fortuna considerable y se entero de la existencia de su hijo decidió dejar atrás ese pasado. Nunca fue arrestado pero sabía que con verle la cara podrían encerrarlo muchos años. Prometió nunca revelar su identidad.
No quería escapar realmente pero tampoco quería ir de regreso a Estados Unidos y ser un perro más con correa.
-- Tenés que prometerme no hacerle nada. Él ya no es parte de este enjambre.
Confío con el asentir de Guillermo y suspirando se acercó a él, siendo separados por las rejas.
-- Vive en la favelas. Justo hasta al norte. Es una casita rosa pero la vas a reconocer porque está pegada a una buena cancha de fútbol. No es como las otras, se puede ver que le ha invertido.
Tomó nota. Quiso irse enseguida pero Lionel le tomó por la muñeca, justo cómo la primera vez. Era peligroso haberse acercado tanto y no cargar el arma consigo. Fue afianzado de nuevo a los fierros y obligado a responder ahora él una pregunta.
-- ¿Vos vas a ir hasta Brasil?
-- No lo creo, no puedo dejarte aquí sólo.
-- ¿A quién vas a mandar?
-- Saúl Álvarez. Es un hombre recto, de fiar. Te prometo que nada sale de aquí. Tampoco me conviene que los gringos sepan esto.
Le miró a los ojos, sin atisbos de engaño. Estuvieron unos segundos así, compartiendo casi alientos y en una pequeña guerra fría de dominación sobre el otro. El sonido de unas llaves y unos pasos acercándose provocó que Guillermo se separará finalmente, cortando el cálido contacto. Dirigió una última mirada, señalando que esa conversación no había sucedido y regresó a su pequeña oficina. Lionel le vio perderse en el pasillo. Esperaba no estar equivocandose en confiar en él mexicano.
Del otro lado del país, exactamente en Guadalajara, el agente apodado como el Canelo recibía una llamada por parte de Ochoa, un amigo con el que sirvió unos años en la policía. Estaba feliz de escucharlo pero extrañado por ser tan espontáneo el favor que le era pedido.-- ¿Qué carajos dices? ¿Cómo quieres qué agarre mis chivas así sin más y me vaya para Río de Janeiro?
-- Por favor, es muy importante.
-- No, no. Tú estás loco. Además, estoy de vacaciones.
Decía llevándose el vaso con whisky hasta los labios, negando para sí mismo.
-- Por eso mismo es un plan perfecto. Nadie del escuadrón debe saber que fuiste para allá, será un simple paseo. Es una misión ulta secreta.
Saúl se lo pensó, pero puso el altavoz para comenzar a caminar de un lado a otro por la habitación.
-- Ni me metas en tus jaladas de tu agencia. Por algo no me fui para Europa o Estados Unidos, yo estoy bien aquí.
-- Canelo, por favor. Te suplico que me ayudes con esto. No es sólo un capricho, este caso se lleva entre los pies a todo el continente.
Se presionó los ojos con sus dedos, suspirando derrotado. De todas formas no tenía nada que perder y un viaje todo pagado nunca se negaba.
-- Está bien. Pero también tienes que invitarme a cenar pronto.
-- Hecho.
La llamada terminó y fue enseguida a preparar sus maletas, guardado su arma y placa, esperaba no tener que usarlas.
N/A
No sé si vieron eso de que estaba shippeando al canelo con Neymar jajaja, ustedes q opinan de la pareja
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I'm in love with a criminal
Hayran KurguFrancisco Guillermo Ochoa Magaña es un miembro honorable de la Interpol que recide en México, su país natal. Trabaja en conjunto a otros policías e investigadores de todo el mundo. Una mañana se le presenta un caso particular. Un criminal argentino...