Fan #1

Número uno

Un año después:

La suavidad de las sábanas y el calor reconfortante a su lado, son las primeras cosas de las que Izuku fue consciente cuando empezó a despertarse.

La bruma del sueño, aún muy densa como para recordar nada, amenazaba con llevarlo de nuevo al mundo de los sueños. Pero entonces, escucha una voz (que reconocería donde fuera), llamándolo.

— Izuku

Luchó entonces contra el peso en sus párpados, para así atender al llamado. Sin embargo, aunque está algo más consciente, aún no encuentra la fuerza para abrirlos.

— Deku

La voz de Katsuki lo vuelve a llamar, y ya que no puede abrir los ojos, opta por acercarse más al cuerpo del contrario y frotar su rostro contra el pecho del más alto para hacerle saber que está ligeramente consciente y que está escuchando su llamado.

Por su parte, Katsuki que ya había estado tratando de despertar su bello durmiente desde hace un buen rato, se regocija al saber que sus esfuerzos están empezando a rendir frutos.

— Nerd...

Llama nuevamente, zarandeándolo suavemente, y esperando que el peliverde le deje ver los orbes esmeraldas que tanto ama. Pero, al ver que su esposo solo se acomoda más entre sus brazos para seguir durmiendo, se replantea el tener que seguir intentando levantarlo.

— Izuku — Decide hacer un último esfuerzo, diciéndose que si después de eso no logra hacer que su pecoso se despierte, se unirá a él — ¿ Ya olvidaste que día es hoy? — pregunta, incorporándose un poco para encarar al peliverde.

— Sábado — medio murmura  el pecoso, algo molesto porque el cenizo se hubiera movido y hubiera desarmado la cómoda posición en la que estaban — Duerme Kacchan — comanda antes de estirar sus brazos y atraer a su rubio hacia sí mismo para que quede recostado encima.

— Hoy es veintisiete — susurra Katsuki en el oído del pecoso, dejando pequeños besos en el rostro y cuello de su esposo, aprovechando la posición en la que estaban. 

Pero como no encontró una respuesta, se encogió de hombros y se acomodó mejor para dormir, escondiendo su cabeza en el cuello de su pareja.

Lo intenté

Después de eso, tuvieron que pasar dos minutos para que el cerebro de Izuku despertara finalmente.

— Veintisiete... — murmuró el peliverde, abriendo sus ojos al fin — ¡Oh por...! ¡ES HOY! — exclamó, intentando en vano levantarse, pues ahora tenía todo el peso de su pareja encima.

— Kacchan, ¡Levántate!

Pidió mientras trataba de salir del agarre de hierro del rubio. No le había costado tanto convencer a Kacchan para que participara en la convención este año, para que ahora no fueran porque se quedó dormido.

— ¡Kacchan! Estabas despierto hace un minuto! ¡No pudiste haberte dormido! — argumentó  Izuku, mirando el reloj en la mesita de noche 

¡Iban media hora tarde!

¡¿Cómo siquiera había dormido tanto?!

Izuku trató de zafarse nuevamente del agarre de su esposo, pero era inútil, Katsuki lo tenía abrazado fuertemente, como su fuera un osito de peluche. 

Bien... tengo que cambiar de estrategia

— Amor, vamos  — pidió nuevamente, dejando de moverse y en su lugar acariciar las suaves hebras doradas del cabello del más alto. Después de todo, siempre le salía mejor apelar al lado del rubio que amaba los mimos (por mucho que lo negara).