El autobús estaba llegando al hotel, Messi se había sentado en uno de los asientos que daban a la ventana, callado y viendo hacia fuera, lo que pasó desapercibido para sus compañeros que festejaban alegremente, excepto para Lautaro.
-Lio ¿Te sientes bien? Te veo muy distraído y no creo necesario recordarte que acabamos de ganar.
-Sí, no pasa nada, solo estoy un poco cansado, anoche dormí mal por los nervios- mintió el delantero. Después de un par de relaciones fallidas y muy sonadas en la prensa del corazón, sus compañeros de equipo se habían vuelto muy protectores con él.
Y es que, aunque su poder le permitía oír los pensamientos de otras personas sobre él, no es raro que los seres humanos piensen una cosa, pero hagan otra. Durante un partido de futbol, con los nervios, la adrenalina y la emoción del momento, las personas son instintivas, hacen lo que piensan. Pero en otros aspectos de la vida pueden ser totalmente impredecibles.
Los jugadores subieron a sus habitaciones a descansar y arreglarse para la fiesta de la noche, pero Lionel no podía dejar de pensar en lo que había pasado durante el partido y que no tenía nada que ver con el futbol.
-Claro, la gente suele pensar cosas buenas de mí, incluso sucias, eso lo entiendo- se dijo a sí mismo – Pero Memo... por alguna extraña razón sus pensamientos sonaban distinto, como si nos conociéramos de toda la vida.
Estaba recostado sobre la cama con la luz apagada, aún vestía la ropa deportiva con la que había salido del estadio, sumergido en su mente, cuando escuchó barullo en el pasillo y que llamaban a la puerta.
-¡Lio, es hora de irnos, tenemos mucho que celebrar!- gritó Enzo sin esperar a que le abrieran.
-Vayan, llegaré después, me quedé dormido y no me he arreglado.
-Bueno, solo no tardes, no querrás perderte ningún momento. Con la suerte que al parecer nos acompaña hoy puede que pasen cosas interesantes desde el principio.
Cuando oyó que el ruido se alejaba por el pasillo Messi se levantó para dirigirse al armario donde había guardado días antes la ropa para la ocasión. Quizá su compatriota tenía razón, la noche era joven y aún con sus habilidades psíquicas había mucho en este mundo por descubrir.
Sí, lo habían lastimado, pero era momento de pasar página.
La selección mexicana tardó en salir del estadio, pues después del encuentro habían tenido una junta de emergencia para hablar sobre los pasos a seguir después de tan desastroso resultado. Tata hablaba con dificultad, pues sus labios se balanceaban en su cara debido al disgusto, pero había que armar una estrategia para enfrentarse a los árabes.
De camino al hotel Memo escuchaba platicar a sus compañeros, tratando de no pensar en el argentino pues conocía perfectamente su don, era parte de los entrenamientos estudiar los poderes de los rivales. Pero ellos no se la dejaban fácil.
-Creo que Messi es buen jugador, pero no tan grande como dicen todos...- comenzó a hablar con tono amargo Lozano.
-No digas tonterías- le interrumpió estruendosamente Vega- lo que habla es tu coraje porque perdimos y ahora nuestro entrenador plastilina nos va a cargar la mano.
Todos rieron, excepto Ochoa, quien los oía con la mirada perdida y Guardado, quien les contestó con mucha seriedad:
-Ustedes son muy jóvenes, casi no recuerdan cómo era jugar antes de que se nos permitiera usar nuestros poderes. Dependen mucho de ellos y hasta cierto punto comprendo por qué, pero no dejen de lado que, por muy fuertes que se puedan sentir, casi todos tienen que ver con el físico. Por el otro lado, los jugadores con habilidades psíquicas son más peligrosos, pues es difícil darse cuenta cómo atacarán.
Todos lo miraron con un dejo de preocupación, y de repente uno de los hologramas de Chucky apareció frente a Andrés moviendo las caderas hacia su cara sugerentemente, lo que provocó que todos estallaran en risas.
-No mamen, por eso los amo, hacen que a uno realmente se le vacíe la mente- dijo el portero mientras lágrimas de risa resbalaban por sus mejillas. Por el momento su equipo lo había salvado, pero aún faltaba la fiesta y, teniéndolo enfrente, sería muy difícil no pensar en Leonel sin delatarse.
La fiesta tenía lugar en un fastuoso palacio de construcción antigua, pero altamente equipado con los últimos adelantos tecnológicos en cuestión de luces y pantallas donde se proyectaban imágenes alusivas a Qatar. La gente se arremolinaba en la entrada, donde grupos de bellas mujeres con alas de libélula y vestidas de odaliscas flotaban sobre plataformas a los costados de la puerta.
Dentro el lujo era aún mayor, el amplio recibidor de mármol blanco con una fuente de ónix en el centro estaba flanqueado por dos anchas escaleras gemelas por las que los ríos de personas subían y bajaban, platicando, riendo y disfrutando de la cálida noche qatarí en sus mejores galas.
Memo se encontraba entre ellos, pero no reía ni platicaba, solo veía nervioso hacia abajo esperando que cierto delantero hiciera su entrada triunfal. Guardado interrumpió su nada discreto espionaje.
-Qué bueno que eres futbolista y no policía encubierto, porque cualquiera podría ver cómo estiras el cuello cada cinco segundos hacia la puerta- Le dijo entre risas, para después adoptar un tono más serio, pero cálido- Guillermo, tenemos muchos años de conocernos, puedes engañar a los demás, pero a mí no. No quise decir nada en el autobús para no exponerte, pero sé que te pasa algo y es momento que me lo digas ahora que estamos solos.
-Yo...- titubeó Ochoa- La verdad es que no sé lo que me pasa. El partido me afectó más de lo que debería y...
-Ajá el partido...-respondió Andrés arqueando la ceja izquierda, un gesto que siempre había hecho al dudar de los demás y que ahora ruborizaba al guardameta.
-No me hagas esto Guardado, sabes cómo soy, toda una explosión de alegría, pero hay ciertos temas con los que me bloqueo.
-Pues no deberías. Soy tú amigo y sé lo que te pasa: ¿Acaso crees que no me di cuenta que todo esto pasó después de que M...?
Un fuerte ruido de personas riendo y celebrando lo interrumpió y provocó que ambos voltearan hacia el salón principal, que era de donde provenía. Allí estaba él, Lionel Messi, rodeado de gente como solía estarlo siempre, pero viendo directamente hacia Memo con un gesto ligero, casi inexpresivo, pero con una mirada cálida como había visto pocas veces en su vida el mexicano.
Ochoa miró con los ojos y la boca muy abiertos de sorpresa a Andrés, quién con un gesto de la cabeza señaló en dirección del salón.
-Vamos, es hora de que enfrentes tu superbloqueo- le dijo su amigo con una media sonrisa.
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Gracias por seguir leyendo, espero les esté gustando, acá unas notas:
1.- Sé que va lento, pero así se siente más chido el ship, que se sienta cómo escala la tensión.
2.- En un momento pensé en tratar de usar una voz más argentina para Messi y compañía, pero la verdad me da miedo arruinarlo, así que será más neutral. Como soy mexicano obviamente manejo mejor ese slang, así que de vez en cuando meteré expresiones, pero trataré que no sea tanto.
3.- Todo comentario es bienvenido, solo tengan algo de paciencia, tengo una idea general pero voy escribiendo sobre la marcha.
Y de nuevo GRACIAS ❤️❤️❤️❤️
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The name of the game (MessiXOchoa)
FanficLa Copa Mundial de SuperFutbol Qatar 2022 ha comenzado. Con el trabajo de defender a la humanidad cubierto por superhéroes como Superman, Capitán América y Batman, personas con superpoderes se dedican a otras cosas, entre ellos, jugadores de futbol...