Somewhere, Tenten

Chasing True Liars

Debió detenerse al encontrarse mucho más lejos de su aldea pero el dolor simplemente fue demasiado como para dejarla moverse por más tiempo.
Así que tomo el riesgo, junto a su pequeña hija entró a un local en el pueblo que encontró en el camino.

No fue fácil retener el llanto, no estaba acostumbrada a tener que soportar por mucho tiempo algo tan doloroso pero aquí está ahora.

—No llores, no llores.. todo terminará pronto..— tiene que lidiar con esto en silencio, solo si quiere sobrevivir

Además. —Mamá ¿cuando iremos a casa? Estoy cansada— no está sola, tiene una razón más para no dejarse vencer

Su hija lo es todo, es una parte de ella misma, una parte valiosa de su vida, por nada del mundo cambiaría las cosas; que aunque no han sido las mejores circunstancias no siente arrepentimiento.
Puede asegurar la protección de su pequeña, por que esta segura que cuando llegue el momento daría incluso su vida con tal de que a ella no le pase nada.

Pero no es tan sencillo, jamás dejaría sola en este mundo a una niña indefensa y pura. 

—Imani— con suavidad acaricio el rostro de la pequeña niña —Recuerda que nos iremos a una nueva casa ¿está bien? Tienes que soportar solo hasta que lleguemos al lugar correcto—

Una mujer mayor tomó su orden, cuenta con el dinero suficiente para sobrevivir por al menos una semana.
—De verdad.. espero que todo salga bien—

Imani espera paciente por su comida, es pequeña aún y no comprende muchas cosas; pero ver el estado en el que su madre se encuentra solo logra preocuparle.
—¿Las personas malas están tras de nosotras?—

Ella es muy inocente para entenderlo, pero el mundo en el que viven la hará crecer rápido. Deberá aprender a usar un arma en lugar de usar una muñeca y jugar. —Todo esta bien, mira eso.. ya llego la comida—

La mujer le entregó la bandeja y le dedico una sonrisa a la niña —Las niñas buenas comen toda la sopa—

Imani sonrió, su blanca dentadura dejaba ver que le faltaban un par de dientes. —¡Voy a comer toda la sopa!—

Cuando la anciana volvió a dejarlas solas Imani tomó las manos de su madre
—Sere una niña buena.. ¿eso esta bien, así dejaras de estar triste?—

—Eres una niña muy buena.. no te preocupes por nada. Me encargaré de ponernos a salvo—

Trata de hacerlo sonar fácil, pero en realidad ni siquiera está segura de poder encontrar un buen lugar.
¿Existe realmente un lugar seguro para ella y su hija?
No podía moverse demasiado rápido, no era buena huyendo de este modo; apenas y podía avanzar media mente rápido.

El rumbo de sus pensamientos cambió bruscamente de dirección cuando vio entrar a cuatro personas —son ninjas.. ¿sabrán lo que sucedió, los enviaron por eso?—

Se dedico a mirarlos por un tiempo, intentando no mostrarse demasiado nerviosa; pero en circunstancias como esta no puede siquiera controlar sus piernas temblorosas.
—Ellos no están aquí por ti— Quiere creer eso, es probable pero siempre hay que mantenerse alerta.

Todo es posible.
—La sopa esta deliciosa— sonríe, verla de este modo le genera tanta tristeza.
Ella no debería vivir de este modo, no debería estar pasando por esto.
Todo es culpa de los adultos, los niños no deberían sufrir las consecuencias de las decisiones que toman y en las que no pueden aportar.

Su mirada por un instante se encuentra con la del ninja del extraño peinado y cejas gruesas. Nunca ha juzgado a nadie, las apariencias siempre son engañosas; su madre le enseñó a analizar la mirada de las personas solo así sabría cuando mienten, solo así se conocen las verdaderas intenciones.