Mi hermano y sus hombres nos reciben en cuanto aterrizamos en su territorio.
Solo pude traer cien soldados de la Bratva, junto a Ethan, Ilenko y Maira.
La tensión es palpable mientras bajamos del jet privado, cada uno de nosotros preparado para lo que está por venir.
—Bienvenidos a Italia —dice mi hermano, Alessio, con una sonrisa que no logra ocultar su preocupación.
Le presento a Ilenko y Ethan, y en un gesto de confianza, le pido a Ethan que le explique con detalle el plan.
—¿Y así es como Alex piensa cuidarte? —dice Alessio, con un tono de desaprobación que me molesta.
—Ahora no es el momento, Alessio —lo regaño, firme—. Solo ayúdanos.
—Los ayudaré —dice, mirando con recelo a Ilenko y Ethan—. Pero iré contigo; necesitan más hombres.
Pedro y Stela se quedaron en Rusia, asegurándose de que todo esté bien en nuestra ausencia. Nos adentramos en la mansión de mi hermano, donde en la sala ya hay un mapa extendido sobre la mesa.
—Estos puntos azules son las salidas y entradas; los rodearemos como dice el plan —indica el consigliere de Alessio, con un tono autoritario.
—Dalete entra por tierra junto a Ethan y Alessio. Yo entraré por aire con Ilenko —habla Maira, señalando las rutas de entrada.
—Bien, andando —responde Alessio, y un escalofrío de anticipación recorre mi espalda.
Siento que todo va demasiado rápido, pero como dije antes, no hay que retrasarnos. Conseguir la ubicación exacta de Alex, Leo y Vitali no fue fácil. Según Pedro, estuvo cerca de perder la vida en el proceso.
Los chicos se encuentran en una zona aislada dentro de una mansión, y hay poca gente viviendo en esa área, lo cual es una ventaja. Ilenko baja las armas de nuestro jet privado junto a los demás; hay todo tipo de armamento.
Alessio reúne a sus hombres, eligiendo a los mejores para la misión.
—Cinco de mis muchachos irán contigo —dice mi hermano—. No confío en ellos.
Ruedo los ojos y asiento para tranquilizarlo.
Almorzamos algo ligero antes de prepararnos para partir.
Nos reunimos todos en el ala oeste, donde se encuentran los helicópteros, aviones y yates de Alessio.Mi hermano y Maira están a mi derecha, Ilenko y Ethan a mi izquierda. Los soldados de la Bratva y los cincuenta hombres de Alessio esperan pacientemente mis instrucciones.
—¡La misión es rescatar al pakhan, al vor y al sovetnik! —hablo con el mentón en alto, observando cómo todos asienten con determinación—. Nos protegeremos entre nosotros; deberán dejar su indiferencia de lado, ya que La Cosa Nostra nos ayudará.
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#1- Aún no es nuestro momento (BORRADOR-COMPLETA)
RandomEn el mundo oscuro de la mafia rusa, Alexei Smirnov, un poderoso pakhan, está dispuesto a hacer cualquier cosa para recuperar a la mujer que ama, Dalete Anderson. Pero a pesar de su pasión, no puede evitar sentir un profundo rencor hacia ella. Dalet...