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sᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏs ᴏᴄᴜʟᴛᴏs

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Por alguna extraña razón que aún sigo sin comprender, siempre me he sentido molesta. Me sentía así cuando papá salía a misiones y yo tenía que quedarme ayudando a mi madre. Me molestaba demasiado cuando ella hacía el intento por mostrarme sus técnicas de agua y a mí me era imposible seguir su paso. Me sentí bastante furiosa el día que ellos decidieron mudarse a La Aldea de la Neblina y dejarme aquí bajo el cuidado de mi abuelo.

Sin embargo nunca logré que aquella ira incontrolable para mí fuera mostrada a los demás.

Mamá decía que yo era su hijita feliz, alguien que jamás se doblegaba ante las situaciones de estrés o presión, así que para mirarla contenta decidí siempre mostrar aquella faceta positiva aunque me estuviera sintiendo totalmente enojada por dentro.

Así que no pude darles otra expresión más que una sonriente el día que dejaron la aldea y prometieron regresar a verme.

Nunca regresaron.

Antes, mi abuelo y yo éramos más unidos, y constantemente le preguntaba por papá y por mamá. Él me decía que se encontraban bien y que no debía preocuparme, sin embargo aquellas palabras de consuelo poco a poco fueron desapareciendo mientras que mi interés por mis padres igual se desvanecía con cada día que pasaba.

Pensé que tal vez si me centraba más en mis estudios ninja y me dedicaba más a entrenar podría encontrarlos en una misión. A mis cortos diez años ya era mandada a misiones con mi primo Asuma, normalmente se me mantenía al margen y no me permitían saltar a la acción a menos que la situación fuera crítica. Aprendí con el diario de mi madre varias técnicas de agua que me fortalecieron y me establecieron como una ninja fuerte y capáz, yo sabía luchar y me sentía orgullosa de ello.

Toda aquella motivación se fue a la basura cuando me informaron que mi primo Asuma había sido críticamente herido mientras yo me encontraba de encubierta en la Aldea de la Neblina. Me sentí tan impotente y tan inútil que ni siquiera esperé a pisar bien el suelo de la Hoja, renuncié instantáneamente. Miraba como varios niños de mi edad eran felices, jugaban con sus padres y disfrutaban de la inocencia que la niñez les otorgaba.

Yo no tenía nada de eso.

Poco a poco fui calmando la ira y la impotencia dentro de mí vagando por la aldea como un alma solitaria, a veces conversaba con Shikamaru o ayudaba al profesor Iruka con las constantes capturas del niño rubio. Fue cuando me quisieron volver a reclutar que toda esa furia volvió a hacerse presente, como si jamás hubiera desaparecido. Aunque en realidad jamás lo hizo.

❝𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐃𝐈𝐕𝐄❞  ➻  « 𝐧𝐞𝐣𝐢 𝐡𝐲𝐮𝐠𝐚 »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora