•CAPÍTULO 12•

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Me senté en la sala de juntas de la empresa, con Vitali a mi izquierda y Leonid a mi derecha

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Me senté en la sala de juntas de la empresa, con Vitali a mi izquierda y Leonid a mi derecha.

La habitación estaba llena de representantes de varios países europeos: Alemania, Francia, Italia y España.

Todos estábamos reunidos para discutir el futuro del ambicioso proyecto de petróleo que habíamos estado desarrollando durante meses.

—Señores, gracias por venir —comencé, tomando un momento para observar a cada uno de los presentes. Era crucial que todos estuvieran en la misma página y comprendieran la magnitud de lo que estábamos a punto de presentar—Hoy vamos a discutir el proyecto de petróleo que hemos estado desarrollando.

Al ver que todos me prestaban atención, continué:

—Creo que tenemos una gran oportunidad para aumentar la producción y reducir costos.

Vitali asintió, adoptando un tono profesional.

—Sí, la tecnología que hemos desarrollado es innovadora y puede revolucionar la industria —agregó, su entusiasmo por el proyecto palpable.

—Y no solo eso —intervino Leonid—. También estamos hablando de crear empleos y estimular la economía en las regiones donde operamos.

El representante de Alemania asintió, mostrando interés en nuestras afirmaciones.

—Estoy de acuerdo, pero también debemos considerar los riesgos ambientales. No queremos otro desastre como el del año pasado —comentó, su rostro serio mientras tocaba un punto que no podía ser ignorado.

—Sí, y también debemos considerar las regulaciones y normas de cada país. No queremos problemas legales —añadió el representante de Francia, una mujer elegante con un traje rojo que proyectaba autoridad.

Asentí, tomando notas. Era vital abordar esas preocupaciones desde el principio.

—Entiendo sus preocupaciones —dije, manteniendo la mirada firme en la audiencia—Estoy trabajando con un equipo de expertos para minimizar el impacto ambiental y asegurarnos de que cumplamos con todas las regulaciones.

La reunión continuó durante horas, los socios discutiendo y debatiendo sobre cada aspecto del proyecto. La presión estaba sobre nosotros, pero la convicción en nuestras capacidades era fuerte. Sabíamos que esta era una oportunidad única y que teníamos que hacerla realidad.

Finalmente, después de un intenso intercambio de ideas y estrategias, llegamos a un acuerdo. La mayoría estaba a favor de seguir adelante con el proyecto, lo que representaba un paso monumental para nuestra empresa.

—Excelente —dije, sintiendo una oleada de satisfacción— Vamos a cambiar la industria del petróleo para siempre.

El murmullo de aprobación llenó la sala mientras los socios comenzaban a estrechar manos y a discutir los siguientes pasos.

#1- Aún no es nuestro momento                              (BORRADOR-COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora