•CAPÍTULO 13•

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La noche en las afueras de Moscú vibraba con una energía electrizante. El sonido de los motores rugiendo se mezclaba con las voces de la multitud y la música techno que llenaba el aire. Las luces de neón reflejaban un ambiente que no podía ser más perfecto para una carrera clandestina. Vitali había organizado esta reunión, aprovechando que Alexei y Leonid aún no habían regresado de Rusia.

Stela, Maira y yo estábamos en nuestros coches, listas para empezar. El ambiente era tan tenso como emocionante, y el rugir de los motores solo aumentaba la adrenalina. Sabía que esto iba a ser más que una simple carrera, era una batalla de velocidad, de habilidad y de destreza.

Vitali se colocó en el centro de la carretera, con esa sonrisa astuta en el rostro que siempre parecía guardar un secreto.

—¡Listas, listas, listas! —gritó, alzando la pistola de arranque.

El disparo resonó y los coches saltaron hacia adelante, lanzándonos en una carrera salvaje por la estrecha carretera iluminada por los faros y los destellos de las luces de la multitud. El rugido de los motores y los gritos de la gente parecían combinarse en una sinfonía caótica que marcaba el ritmo de la noche.

Aceleré con todas mis fuerzas, mi concentración estaba clavada en el asfalto que desaparecía bajo mis ruedas a una velocidad vertiginosa. Sentía el viento golpeando mi rostro y la emoción de estar completamente en control del coche, de la velocidad, de la carrera.

De repente, Stela me pasó, su coche deslizando por la carretera como una bala de plata. No podía dejar que Maira la alcanzara también, así que aceleré, apretando el volante con fuerza, pero era demasiado tarde. Stela cruzó la meta con una ventaja clara, mientras yo llegaba apenas unos segundos después, mi coche derrapando con elegancia mortal hasta detenerse.

El rugido de la multitud me alcanzó mientras miraba a Stela, que sonreía triunfante desde su coche.

—Felicidades, Stela —dije con una sonrisa, saliendo de mi coche y caminando hacia ella—. Me has ganado por poco.

—Gracias —respondió, aún con esa chispa de emoción en los ojos—. Ha sido una buena carrera.

Maira llegó en tercer lugar, frenando con un chirrido que arrancó risas de todos. La carrera había terminado, pero la noche apenas comenzaba. Nos abrazamos, riendo entre nosotras, mientras Vitali se acercaba con una sonrisa.

—Felicidades, Stela —dijo, extendiéndole la mano—. Eres la reina de la noche.

—Ahora es hora de celebrar —dijo Stela, eufórica, mientras la música volvía a resonar y la multitud vibraba con energía.

Nos dirigimos a la pista de baile, la música "So Pretty" de Reyanna Maria sonaba fuerte y clara. Nos dejamos llevar por el ritmo, moviendo nuestros cuerpos, riendo, disfrutando de la noche. El cansancio de la carrera se desvaneció en medio de la euforia, pero la celebración se vio bruscamente interrumpida.

#1- Aún no es nuestro momento                              (BORRADOR-COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora