Estaba cansada...pero más enojada que otra cosa, desde lo que sucedió aquella noche, Murad no me ha hablado más, ni siquiera me mira, volviendo nuestra convivencia para el incómoda, para mí ridícula y molesta
- Ya está bien - Me levanté de la silla donde estaba comiendo y camine hacia el Sultán - ¡Sultán! - El me miró pero no a la cara - Debemos hablar -
- Estoy ocupado Hatun - Por Allah que imbécil es
- Tengo todo el tiempo del mundo, esperaré - Me senté y cruce mis piernas con una sonrisa - O hablamos...o hablamos...así de simple - El suspiro resignado
- Bien...¿Que sucede? -
- Eso debería preguntarlo yo - Alzó una ceja en mi dirección - No se haga el tonto, sabe bien de lo que hablo -
- Solo...olvidemos lo que sucedió esa noche - Eso me hizo enfurecer aun más
- Ese es el problema, ¡No pasó nada!, ¿Que me está diciendo? - El parecía de alguna forma muy frustrado - Trato de entenderlo pero me lo hace muy difícil -
- No existe algo que entender - Abrí la boca impactada, por la estupidez que acaba de decir
- ¿En serio? - Me levanté - Ha estado actuando muy raro conmigo, ya no me habla, ya no me cuenta las estrategias de batalla, ya no me deja participar de las reuniones, lo deje pasar porque quería que pensará, pero es suficiente, usted ni nadie va hacerme menos - Está vez arrugó su rostro en enojo
- Recuerda con quién hablas, ¡Tienes en frente al Sultán! - Me acerque hasta estar cara a cara con el
- Eso no se me olvida, nunca lo he tratado de tú - Nuestras miradas estaban fijas en el otro - ¿Debo recordarle que no soy una de sus mujeres? - Por un momento su mirada tembló - Valgo lo mismo que usted o de cualquier otro hombre de este lugar, sin mi muchas de las estrategias que utilizaron en batalla no habrían funcionado -
- ¿Buscas felicitaciones?, Pues felicidades, ¿Contenta? - Juraría que mi rostro ahora mismo estaba tan rojo por la irá
- Escúcheme bien, no se que es lo que cree que sucedió esa noche, pero no me importa, me importa mi lugar en este lugar, sabe bien que no me temblarán las manos para desafiarlo - La vena de su cuello y frente estaba totalmente visible - ¿Así es como nuestra convivencia será desde ahora?, Bien, beba todo lo que quiera hasta morir, y quedará en la historia como el Sultán borracho, y no me busque cuando lleguen las consecuencias - Tomo mi cuello furioso
- ¡¿Cómo te atreves?! - Saque mi daga y la coloque en su cuello
- ¡¿Cómo se atreve usted atacarme?! - Nuestras miradas echaban fuego, Aunque en el fondo de mi ser, me sentía tan triste de ver cómo nuestra relación volvió a ser la de un principio...fría...y seca... - Suelteme, no lo repetiré - Hizo lo que le pedí, pero aun así me miraba enojado - Ya lo ha escuchado, no piense en apartarme más -
- Vete de aquí - Guarde mi daga y sali con un portazo
- Idiota y estúpido Sultán -
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- Madre Sultana, aquí está su leche - Tome el vaso y bebí un poco
- Muchas gracias Lalezar - Vi que todavía seguía parada - ¿Sucede algo? -
- Es sobre la Sultana Farya - Asentí para que me contará - Desde que usted y el Sultán se fueron del palacio, le ha estado escribiendo a su Madre - Arrugue mi rostro en una mueca - No he podido descubrir que se escriben, la Madam se encarga de entregar y recibir todas las cartas -
- Pues encuentra la forma de descubrir que se escriben, si lo que dices es cierto, entonces nada bueno deben estar planeando - Deje el vaso en la mesa enojada - Seguro es algo contra Murad, o en mi contra, Debemos vigilar cada paso que de - Lalezar Asintió - Que no la pierdan de vista
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Línea de Poder (Sultán Murad) - [Pausada]
Fiksi SejarahTodos saben que el Sultán Murad es despiadado y un guerrero innato, un instinto de todo un líder. Pero las cosas no siempre salen como uno quiere. Los persas aprovechando la distracción se dirigen a un pequeño pueblo con la intención de destruirlo p...