Miedo

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No recuerdo nada, pero mis piernas tiemblan, todo estaba tornado en negro, parece ser que Renée vuelve a soñar, no lo ví por ningún lado. Pero a lo lejos pude notar una mancha, entre cerré los ojos y ví que era Renée, estaba corriendo de brazos abiertos hacia mi, feliz esperé el impacto de su cuerpo y al llegar nos abrazamos fuertemente.

—Mierda me había perdido y no te encontraba, estaba asustado, cariño!—abrí los ojos por sorpresa y miré a Renée.

—C-cariño?

—Siii!! O qué? Acaso no recuerdas que volví a embriagarme contigo?—me sentí apenada, sorprendida, feliz, realmente no lo sabía, era una explosión de emociones.

Lo abracé de nuevo, me sentí en paz... Solo que, no duraría mucho.

En mi intento de apretar a Renée había desaparecido, es cómo si, se hubiera esfumado. Abrí los ojos atónita, había caído, me lastimé las rodillas, lo único que pude ver era negro.. el sueño parecía reconstruirse, parecía una especie de apartamento abandona, las ventanas estaban rotas y parte del techo abierto, todo estaba descuidado, incluso el cemento de las paredes parecía que nunca la construyeron con ganas. Lo único llamativo era una estructura de una piscina en medio de la sala, parecía estár llena de agua, me acerqué un poco a ver qué podría encontrarse allí.

—Mierda...—vi a Renée flotando en las aguas, estaban llenas de sangre, las aguas no estaban limpias, creí ver a dos muñecos de trapo flotando junto a el.

Me alejé caminando hacia atrás y caí al piso, respiraba alterada, desesperada, no podía tan siquiera pensar ¿Qué pasó? ¿Renée realmente está bien? ¿Es capaz de hacerme esto, suicidarse? ¿Morir? Y si así fuera... ¿Lo hizo por mí? El.. el... El realmente me ama? ¡¿EL REALMENTE ME-

—SORA!—escuché un zumbido, puse mis manos en mi cabeza a punto de llorar.

Renée se agachó para abrazarme por atrás, se acercó a mi oído, trató de calmarme frotando sus manos en mis hombros.

—Estoy aquí.. estoy aquí, cariño, no llores, estoy aquí—me besó la mejilla.

—CREÍ QUE TE VOLVÍA A PERDER!—me voltee a abrazarlo aún llorando.

—Ya, tranquila, estoy aquí, y nunca voy a desaparecer. Estaré aquí hasta que mi cuerpo use pijama de madera bajo tierra, nada me alejará de ti.

Todo volvía a ser negro. De repente la gravedad existía de nuevo, dejamos de flotar y comenzamos a caer en pica'.

—Continuará...

Sueño y AgridezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora