Enhydrina nunca tuvo amigos, pero de a verlos tenido, suponía que ir a visitarlos a sus casa no le tomaria mas molestia que tomar algun que otro transporte público, así de simple y practico. Sin embargo, ahí se encontraba ella, arrastrando un enorme baúl en mano en plena ciudad con la mirada de todos clavadole la nuca.
¿que tanto podria llamar la atención ver a una niña arrastrar un baúl mas grande y pesado que ella? Claro, hoy en día ya nadie usaba un baúl, todos preferian esas modernas maletas con diseños personalizados y ruedas que facilitan el movimiento.
El bullicio de la ciudad, las bocinas y el fuerte pisar de las personas atareadas la aturdía. Odiaba sentirse fuera de lugar, pues todo el que pasaba la miraban de reojo con un gesto de desprecio y seguian su camino disgustados.
Cuando Enhydrina finalmente lleno al callejón que buscaba, esa que quedaba justo al finalizar una de las avenidas principales, suspiro alivida y se adentro a el.
El miniaterio de magia había colocado varios puntos de entreda al mundo magico, algo que facilitaba mucho a los hijos de muggles, squibs, y magos que vivían fuera de la comunidas. Lastima que Enhydrina aun seguia sin ubicar bien esos puntos de entrada.
Ella crei que ese era el lugar, pues lo habia visto en un mapa hace un año, cuando pidió indicaciones a una bruja que luchaba por cruzar el pase de la calle.
Sin mas rodeos, Enhydrina tanto con la mano los ladrillos de la pared, hasta que vio la marca del ministerio en uno de ellos. Atravezo la pared de un solo empujon, aferrada a su baúl esperando no equivicarse. Hasta que efectivamente, de un segundo a otro, los pesados ruidos de la ciudad fueron reemplazados por el aleteo de los buos sobre ella, y tanto magos como brujas llevando en mano varias de sus compras.
Aunque se sentía feliz de porfin llegar al lugar, ella se percato de algo casi de inmediato. Y es que el aspecto de los magos de aquel lugar, no eran del todo amistosos. La gran mayoría se encontraba encapuchados, escondiendo cosas entre sus pertenencias y riendo con sinismo, otros prefieren mantener el perfil bajo, pero tampoco le agradaba como es que la miraban, como si de otro ingrediente de posición magica se tratara.
Enhydrina suspiro con fuerza, estaba perdida.
Camino por varios minutos, y reconoció de inmediato una tienda en particular, era el lugar donde había comprado su muy peculiar cuaderno negro. Justo al frente se encontraba una pequeña cantina, nada confiable a primera vista, por alguna razón, daba muy mala espina, incluso mas que ese deprorable lugar.
Confiada en que le podría alcanzar para almenos un vaso de agua, entro al lugar con el pesado Baúl que arastrabas tras de ella.
No esperaba mas del mundo mágico, todo era de madera, el color opaco no era asi por que si, ella imagino la cantidad de polvo que debia de a ver en ese lugar. Un simple cantinero tras la barra, un par de clientes emcapuchados bebiendo entre lamento y miserias.
Se sentó en la primera mesa que vio, dejo su Baul a un lado y volvio a suspirar con fuerza, obviamente no habria un televisor con el cual distraerse.
A decir verdad, no se le apetecía mirar en el mapa, llevaba varios minutos dando vueltas, prefirió sacar un periodico muggle para relajarse uno rato. Nada interesante, simples anuncios, tragedias, y una publicidad sobre un nuevo tratamiento para la perdida de cabello.
— Harry Houdini, teorias que podrian ser verdad —susurro ella al ver un pequeño anuncio oculto en lo mas bajo — al parecer no pudo escapar de la muerte.
— escapo de muchos lugares — hablo una voz detras de ella —fue uno de los mejores escapistas del mundo muggle, pero un simple payaso para los magos y brujas de este lugar.
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Magic Blood III ( Y El Gen Magico)
Fiksi PenggemarUn nuevo año escolar comienza, y una de las actividades mas esperatadas también. Albus y sus amigos hacen lo posible por calificar y participar del Royal House, una actividad donde se pone en juego el potencial de las casas con sus mejores alumnos...