Capítulo 2

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Capítulo 2

Mis ojos muy lentamente empezaban a abrirse, luego de unos segundos mi vista estaba dirigida hacia el techo. Me levanté de inmediato, mi cuerpo se encontraba débil y mi respiración era muy acelerada.
Al ver a mi alrededor pude notar que me encontraba en una oficina, había despertado en un sillón, tenía puesto un vestido blanco y sentía mucho frío, de inmediato intenté abrir la puerta para salir pero ésta se encontraba cerrada con llave así que me dispuse a explorar el lugar, abrí la enorme cortina que cubría una enorme ventana y me encontré con una vista espectacular, una ciudad la cual no reconocía ¿Qué me ha pasado? -pensé. Pellizcaba mis brazos para asegurarme de que no estaba en un mal sueño. De pronto escuché unos pasos que se acercaban brevemente, la manija de la puerta empezaba a dar vuelta así que me escondí detrás del sillón. Escondida pude notar quien entraba, se trataba de un señor quien se veía ya mayor, era alto con tez blanca y ojos marrones, vestía un traje negro y fumaba un puro, detrás de él entraba un joven igualmente vestido de traje su tez era blanca y sus ojos color marrón.

-Sé que estás ahí, sal -mencionó.

Me levanté, estaba asustada no quería mostrarlo pero mi respiración acelerada no me ayudaba.

-Acércate -mencionó.

Me paré frente al sillón pero no me senté hasta que él me lo pidió.

Estaba por hacer una pregunta cuando fui interrumpida.

-¿Sabes quién soy?

Negué con la cabeza.

-Bien, -mencionó mientras apagaba el puro.

-He estado esperando por ti jovencita, creí que no despertarías, déjame decirte que me parece muy agradable por fin hablar contigo. No quiero que estés asustada, no te haré nada a menos que no me obedezcas.

Estaba muy confundida por sus palabras ¿El esperaba por mi? ¿Quién era? No dude en preguntar si nos conocíamos a lo que me responde:

-Tú no me conoces, pero yo sé muy bien quién eres tú. Te he investigado muy bien. Sé que has de estar muy confundida así que te lo explicaré de una buena manera y espero me entiendas ¿Estás de acuerdo con eso?

Asentí con la cabeza.

Mi nombre es Francesco Caruso y soy un gran empresario, unos de los más importantes en este país, pero también soy.... Un don ¿Sabes lo que es eso?

-No -mencioné.

-Te he traído conmigo a este país para que puedas ser sucesora de mis bienes y negocios.

No podía evitarlo, la confusión se había apoderado de mí por completo, tenía varias preguntas pero no me atrevía a mencionarlo. Al ver mi estado de confusión mencionó:

-Tengo un hijo al que aprecio mucho, y no puedo dejar a él esas responsabilidades, para que me entiendas, necesito que él se encargue de mi empresa y quiero que tú te encargues de mis negocios secretos claro.

-¿A qué tipo de negocios se refiere señor?

--Te comenté que soy un jefe, un don y normalmente las cosas las hacen mis subordinados pero en esta ocasión debía ser yo quien se encargara. Mafia...

-¿No pretenderá que yo.....?

-Eres inteligente, me convenzo cada vez más de que eres tú.

-Se equivoca señor, yo no podría hacer eso, el crimen organizado va en contra de todos mis ideales.

-Eso no me importa ya que yo solo te estoy avisando de lo que harás.

-Señor igualmente mis conocimientos en ese tema son pocos y debo mencionar que he sido secuestrada por lo que la policía debe estar buscándome.

-Nadie está buscándote linda de eso ya me encargué. En cuanto a los conocimientos no te preocupes, estudiarás día y noche. Sé que lo harás bien, porque espero mucho de ti.

-No acepto esto, yo no seré una criminal, no soy la persona que usted busca, será mejor que me deje ir yo no seré de ayuda para usted, esto no es lo mío.

Estaba decidida a dejar el lugar, sabía que me encontraba en peligro, pero debía intentar hacer algo.

-Será mejor que no te resistas, si no me obedeces yo no te haré daño a ti, se lo haré a quienes más amas en esta vida.

-No permitiré que les haga daño.

-Entonces ya sabes cómo evitarlo.

Se puso de pie y se marchó. Tenía muchas preguntas ¿Por qué elegir a una persona desconocida para eso? Creía que eran mejor las personas cercanas.

Seguía sentada en el sillón, tenía la mirada puesta en aquel joven quien se acercó a mí y me entregó un sobre. En ese sobre se encontraban fotos y muchas cartas relacionadas conmigo. Volteé hacia el para intentar comprender lo que sucedía y es entonces cuando menciona:

-Alessandra, esa será su nueva identidad.

-¿Alessandra Caruso? -Mencioné.

-Por supuesto, usted será hija de Francesco Caruso, él me pidió que se lo entregara, ya luego responderé a sus preguntas.

Lo recibí sin mencionar nada más, después de todo solo debía obedecer, para así impedir que les pasara algo a mi madre y hermana.

El joven me pidió que lo siguiera, así que agarré una frazada blanca la cual se encontraba en el sillón y lo seguí. Afuera se encontraban demasiados hombres vestidos de traje, era de esperarse que éstas personas tuvieran guarda espaldas. Traté de no mostrar temor para que no creyeran que era una niña indefensa, aunque lo fuera. Subí a un auto para ser precisa era un Hyundai Equus negro, un modelo de carro bastante caro y lujoso. En el transcurso del camino me encontraba bastante callada, trataba de procesar todo lo que estaba pasando, pensaba en mi familia y si en realidad se encontraban bien.

Luego de un rato el joven quien estaba sentado a la par mía decide hablarme:

-No se preocupe señorita Alessandra, será mejor que se relaje y mantenga la mente fría. Si necesita algo, puede hacérmelo saber, yo estoy para cuidar de usted.

-¿Por qué confiaría en usted? Le pido que no sea una molestia para mí.

-No es necesario que confíe en mi, solo quería que supiera que yo debo cuidarla.

-¿Puede decirme a dónde me llevan?

-...

Se notaba algo inquieto así que le dije que si debía decir algo lo dijera, es entonces cuando voltea a verme y pregunta:

-¿Qué edad tiene?

-creí que lo sabían todo sobre mi -mencioné

-Perdone pero esa información solamente la maneja mi padre.

-Entonces no debería decirlo, ya que si su padre quisiera que usted lo supiera se lo habría mencionado. Como no soy una mala persona se lo diré, espero no le cause problemas.

-Olvídelo, no es importante pero es mejor dejarlo así.

-¿Está seguro joven...? ¿Por qué se pone nervioso? Él no lo sabrá.

-Ya veo por que mi padre se interesó en usted.

Hemos llegado -mencionó mientras veía mi reacción.

-Si piensa que me impresiona este lugar, está muy equivocado, no soy superficial.

Literalmente era un castillo. Al bajar del auto dos tipos me esperaban ya que ellos me escoltarían hasta el lugar al que debía ir. Al entrar al castillo todo era bastante llamativo y elegante, no podía dejar de crear escenarios fantasiosos en ese lugar, me impresionaba pero no quería que lo notaran.

Empezábamos a llegar a la parte baja del lugar, un sótano oscuro y escalofriante fue el primer escenario de mis desgracias, el lugar en donde perdería mis ganas de vivir.

Hija de un mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora