Lo que nos arrebataron

Vacío

Su cabeza daba vueltas debido al placer, sentía su respiración agitada mientras su mano acariciaba la cabeza contraria, ¿Qué hora era?, ¿Cómo había llegado?, ¿Acaso importaba?, el placer que sentía era indescriptible, su compañera la miro con una sonrisa jodidamente sensual para después bajar y apretar sus labios debajo del ombligo de la pelirroja sin apartar sus ojos oscuros.

- Abre tus piernas para mí. - Susurro de forma sensual haciéndola soltar un gemido más alto, separa las piernas justo como se lo pidió la castaña.

Siente que el aire se le va rápidamente, las cosas están pasando tan rápido, pero siente excitación, pero sobre todo siente anticipación, sabe lo que esta apunto de suceder y esta totalmente entusiasmada porque pase, siente como la castaña finalmente se mueve mas abajo, extiende algo con sus dedos para finalmente llevarse a Alex a la boca. Suelta un grito extasiado al fin sentirla, su mano se mueve instintivamente hacia su cabellera suplicando que fuera más rápido.

- Dios, esto se siente tan bien. - Su garganta al fin pudo hablar después de soltar otro gemido, estaba temblando con la fuerza contenida.

Lo único que salía de su boca eran gemidos profundos, mientras su compañera aumentaba la velocidad, la sensación era absolutamente fascinante, sentía en su estómago esa familiar sensación sabía que no faltaba nada, los gemidos eran cada vez mas alto, su compañera disminuyo la velocidad viéndola con una sonrisa siniestra.

- Vamos cariño, solo tienes que decir mi nombre. - Gimió frustrada queriendo matar a la mujer que tenia enfrente, gimió al sentir como sus dedos acariciaban su clítoris con pasión

- Ahhh me vas a matar. - Gimió sintiendo su cuerpo arquearse instintivamente, la miro a los ojos notando ese brillo divertido así que decidió mandar todo a la mierda.

Abrió la boca para gritar su nombre cuando un pitido la obligo a abrir los ojos, miro el techo blanco bastante diferente del que había visto anteriormente, su cuerpo se encontraba completamente sudado, estaba en su confortable y enorme cama respirando agitadamente, coloco la mano entre sus pechos intentando tranquilizar su acelerado palpitar con una sensación placentera vergonzosa y dolorosa en su centro.

- Otra vez ese sueño. - Murmuro sentándose mirando hacia la ventana, estaba cansada...no, era mucho más que eso.

Sueños eróticos, un tema controversial, pero eso no era lo que le importaba, el problema es que en ellos siempre salía una misma persona, una mujer que no conocía, seguramente alguien que no existía...alguien que no existía, su psicóloga le explico que eran deseos reprimidos.

- Alex. - La pelirroja la miro un momento observado a su esposa intentando sonreír sin demostrar su estado actual lo cual era imposible.

Suspiro un poco cansada al sentir la mano de su esposa deslizarse hacia su húmeda intimidad, abriendo sus húmedos pliegues con sus hábiles dedos, haciéndola tensarse levemente; un acto tan natural para la morena y uno que a pesar del tiempo seguía siendo tan extraño para ella, sobre todo después de esos sueños.

- Maggie. - La llamo en voz baja incapaz de disfrutar las caricias que le proporcionaba por estar rememorando el sueño que la perseguía hace un año.

Como todas las mañanas no obtuvo respuesta, la tendió inmediatamente sobre el colchón metiéndose entre sus piernas, introdujo dos dedos en la profundidad de su interior haciéndola abrir los labios soltando el aliento cuando esa caricia fue placentera.

La piel de ambos cuerpos se tocó enseguida al encontrarse ambas desnudas, no comprendía como es que paso esto, pero no tuvo mucho tiempo para pensar cuando la morena metió un tercer dedo haciendo que soltara la respiración abriendo mas sus piernas para que el hueso de las caderas contrarias no la lastimara y darle el espacio necesario para que continuara. La mujer retiro los dedos posicionándose entre sus piernas para capturar su sexo entre sus labios, capturo su clítoris haciendo que la electricidad recorriera su cuerpo, sintió una mano en su nuca para afianzarle la cabeza y besarla con pasión mientras sus dedos volvían a su húmedo interior.