La chica de mis sueños

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Se encontraba tranquilamente acostada sobre el sofá cerrando los ojos, suspiraba ante el repentino silencio que inundaba la casa, se sentía en paz por lo que no había necesidad de abrir los ojos, soltó un suspiro de satisfacción cuando la verdad la golpeo como un tren, hace exactamente dos años el silencio ya no era parte de su vida, el pánico se apodero de ella cuando unas pequeñas manos tocaron su abdomen haciendo que su sonrisa creciera entrecerrando sus ojos.

- ¿Mami? - Miro a su pequeña mirarla con duda, decidió no responder esperando su siguiente movimiento. - ¿Mami? - Su pequeña realizo un puchero moviéndola de nueva cuenta, sonrió con ternura abriendo los ojos para atraparla entre sus brazos y llenarla de besos.

La pequeña reía removiéndose entre sus brazos mientras la castaña la llenaba de besos haciéndole cosquillas, la pequeña se quejaba intentando escapar de entre sus brazos sin éxito, pararon entre risas sin dejar de llenarla de besos.

- Hola mi amor. - Respondió la castaña dejando de hacerle cosquillas

- Mami. - Sonrió la pequeña, saltando ligeramente, le acaricio su cabecita observándola; Dios la amaba tanto, tenía los ojos cafés al igual que su cabello con la única diferencia de que esta tenía destellos pelirrojos, su cabello estaba suelto debido a que pronto era la hora del baño.

- ¿Qué estabas haciendo cariño? - Pregunto con una sonrisa deseando que no haya roto algo debido al silencio.

La pequeña se bajó del sofá corriendo a la habitación donde se encontraban los instrumentos, su estomago dio un vuelco rezando porque no haya intentado sorprenderla con alguno de sus instrumentos como ya había hecho anteriormente; volvió sonriente ocultando algo tras su espalda, sonrió intentando no demostrar lo nerviosa que estaba por lo que le mostraría su hija.

- Ta-da. - Exclamo orgullosa mostrando un pequeño dibujo donde eran más que nada rayones, pero eso la hizo sonreír tomándolo

- Vaya esto es hermoso cariño. - La pequeña sonrió orgullosa de su trabajo, aplaudió dando vueltas cayendo al suelo con una sonrisa.

La castaña sonrió viendo como inmediatamente se distraía copando su puño como cualquier bebe, negó con una sonrisa tomándola entre sus brazos para llevarla al baño, se quito la ropa para bañarse con ella, entre juegos y risas miro como su pequeña empezaba a cerrar los ojos lo cual hizo que diera por finalizada la ducha, al terminar de cambiarla intento arroparla, pero la pequeña se removió bajando de sus brazos para alcanzar la pequeña linterna.

- Mami. - Exclamó con un puchero, la castaña sonrió inmediatamente tomando la pequeña linterna

- Muy bien es hora del cuento. - Tomo la linterna colocándola estratégicamente sobre la cómoda para que se viera directo a la pared, acomodándola en la cuna para dormir.

Mientras empezaba a relatar el cuento, hacia gestos con las manos para que los personajes se vieran plasmados entre las sombras, la pequeña miraba maravillada las sombras mientras escuchaba el cuento; después de un rato la castaña paro al notar como la pequeña tenia los ojos cerrados, sonrió apagando la linterna encendiendo inmediatamente la luz de noche que le había regalado una amiga, se quedo sentada en la mecedora viéndola un rato, sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de su celular, salió de la habitación esperando que el ruido no despertara a su hija.

- Samantha Arias. - Saludo cortésmente

- Hola Sammy, querida. - Sonrió al escuchar a la persona del otro lado caminando hacia la cocina para tomar agua.

- Mariana, que bueno es escucharte. - Sonrió a la primera persona que la acepto por lo que era

- Lo mismo digo querida, ¿cómo está mi ahijada? - La castaña sonrió, era obvio que iba preguntar por su hija, ella era su niña dorada después de todo

Lo que nos arrebataronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora