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-Que ropa tan elegante -Comentó su padre algo confundido, mientras ella le entregaba una caja con un reloj dentro.

-Ah, sí -Susurró- Te traje algo -Al oír pasos su padre dejó la caja bajo la mesa.

-Ah, los niños -Su pecho comenzó a doler.

-¡Papá, hay un Chevrolet afuera! -Uno de los niños de no menos de 15 años le comentó.

-Tobias, Laura -Los llamó mientras ambos tomaban asiento- Ella es su hermana, ______.

-Media hermana -Acotó la joven con indiferencia.

-¿Eres la jugadora?

-Sí -Susurró y una dolorosa sonrisa se asomó de sus labios- Quizás en estos días podamos juntarnos, sí querés. Podría darles entradas para la próxima jugada de la selección -Propuso, quizás estaba siendo demasiado amable.

-No creo que sea lo mío.

-¿Es cierto que estás con el arquero Emiliano Martínez? -Preguntó Tobias.

-Así es.

-Estamos orgullosos de tí -Oh, mierda- Hasta tenemos algunas de tus... Camisetas. ¿Qué tal si vas por alguna y un fibrón? -Pidió a su hija quien se quejó- Tal vez te lo piden con frecuencia, ¿Pero nos lo firmarías?

Le entregó la camiseta y ella asintió, sus ojos ardían-Sí, claro -Estaba por poner "Para papá", pero él la interrumpió.

-No, ¿Podrías poner para Ezequiel? Es un compañero del trabajo y es un gran fan -Explicó y ella apretó fuertemente sus dientes.

-¿Así? -Tachó lo que había escrito y escribió a un costado el nombre.

-Perfecto.

-Okey -Mordió su labio inferior y fingió una sonrisa- Se ve que todo salió bien en la segunda vuelta, papá.

-Sí, supongo que sí -Respondió con poca empatía.

-Porque no todos tienen esa segunda oportunidad, como mamá -Se levantaron y él la acompañó hasta la salida.

-Les encantó conocer a una jugadora de fútbol -Mintió.

-Sí, ajá -Subió al auto y se despidió con pocas ganas.

Lágrimas invadieron su rostro al verlo cargar a la pequeña Laura, nunca la había cargado a ella así. Solamente había ido por un pedido personal de él, esperaba algo mejor que esa puta mierda de "Reencuentro".

Dió las indicaciones al chófer y estalló en llanto, lo había extrañado tanto pero lo odiaba por todo lo que le había hecho sufrir, contador insensible.

Al llegar a su nuevo hogar intentó evitar que su novio viera su rostro, seguramente estaría húmedo y muy hinchado. Se encerró en el baño y continuó, no quería parecer demasiado dramática frente a él.

-______, ¿Estás bien? -Preguntó suavemente y ella formuló un sí.

Todos los recuerdos que pasaban por su mente eran sobre la mierda que sus dos padres le habían hecho sentir, los odiaba tanto.

-Sí, Emi...-Susurró y se recostó contra la puerta.

-¿Cómo te fue con tú viejo?

-Excelente -Respondió sarcástica.

Lavó su rostro y se vió en el espejo, era algo bastante patético el verse llorar por alguien que nunca se había preocupado por ella. Al salir él la llenó de besos y preguntas, no entendía su llanto.

-¿Te hizo algo? Lo hago mierda, te juro por Dios -Ella negó.

-Creí que sería, quizás, más amable y se hubiera dado cuenta de que el haberse ido así no estaba bien -Se sentó en la cama y él la rodeó con su brazo.

¿Jugadora? [Emiliano Martinez y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora