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Estiró su cuerpo mientras sus huesos crujían, su compañero de cuarto aún dormía por lo que aprovechó para levantarse y caminar hasta la cocina.

Esos últimos días habían sido muy agotadores, por lo que todos estaban cansados y algo adoloridos.

Algunos estaban con sus teléfonos o charlando entre ellos. Mientras sus dedos tamborileaban suavemente contra la mesada, esperando ansiosa una taza de (B/F)*.

Saludó a todos mientras los veía pasar. Sus ojos reflejaban una profunda preocupación por el partido.

Sería en unas pocas horas, así que esos serían sus últimos entrenamientos antes de ir a la acción.

Cuando viajaron en el autobús, cantaban algunas canciones para subir un poco el ánimo y relajar los nervios.

Las camisetas en sus lugares se veían tan gloriosas, como si fuera la última vez que las verían.

Está bien, perdón narradora, pero creo que me gustaría hablar a mí ahora. Hola, pues soy la protagonista de esta historia y creo que ya es mí turno de tomar el control por un momento.

Todos aman las historias que se pueden sentir, así que qué mejor que una narración por la persona que sí vivió aquel momento, ¿No?

Bueno, continuemos porque nos vamos a ir por las ramas.

El aire se sentía pesado en mis pulmones, toda ese peso de fallarle a todos seguía ahí, muy dentro de mí.

Pero como siempre, algo tenía que suceder y ponerme muchísimo peor. Y a Antoine, lastimosamente.

Su director técnico lo arrastró mientras me gritaba muy enojado en francés. Yo obviamente no le entendí una mierda, pero por la cara de mi amigo, supe que era una cagada a pedo grosa.

Le pedí en inglés que se calmara, porque ni siquiera sé de qué me está hablando.

-Disculpe, pero no lo entiendo... -Repitió en inglés, pero rápidamente los de seguridad los separaron.

Le dirigí una mirada rápida a Griezmann, era mí culpa que le pasara esa situación tan molesta. Quizás no debería haber hablado con él desde un principio.

Suspiré profundamente y me puse en la fila junto a mis compañeros. El sonido del lugar se había vuelto tan bajo debido a mis pensamientos.

Mi cabeza daba vueltas, todas mis emociones mezcladas como una sopa en mí cabeza. Hasta que sentí una mano en mi hombro.

No necesitaba levantar la cabeza para saber quién era-Todo va a salir bien, te lo juro -Su esposo besó su frente y sonrieron.

A pesar de las cagadas que me mandaba, él aún seguía ahí... Apoyándome con la mejor onda.

Mire al frente y sonreí con todas las ganas. No voy a decepcionar a mi país y amigos, por nada del mundo.

Al oír las dos voces femeninas cantar los himnos, sentí un poco de paz.¿Qué podría salir mal ahora?

Cuando todos estuvimos en nuestras posiciones, nos sonreímos a los otros. Y la pelota nunca dejaba de rodar, juro que no veo la repetición porque me da un paro.

Loa primeros dos goles fueron espectaculares, todos los festejamos como unos locos; solo que luego todo fue decayendo.

Ese chico, Kylian, le pegó a la pelota con una fuera impresionante. Emiliano no estaba muy contento con no poder atajar los dos goles, aunque todos estábamos aterrados por lo que podría pasar a continuación.

¿Jugadora? [Emiliano Martinez y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora