2.-Oportunidades, Mariposas y una moneda

119 4 1
                                    

De regreso a la mirada de Esteban

No pude sacarme esa sensación de mariposas por el resto de la mañana, traté de repetirla pero a medida que mas lo intentaba, mas difícil era enganchar su mirada.

El resto del juego ella como que agarró mas confianza y jugó mucho mejor, se le notaba que tenía talento, solo que le costaba coordinarse con un equipo inexperto.

Estoy seguro de que ella venía de otro colegio donde jugaba vóley, porque su destreza no era cosa de principiantes. La idea de hablar con ella daba vueltas en mi cabeza, pero antes de eso, tenía que inventar una razón para acercarme. Pensé en ir a preguntar si podía unirme al juego, pero el recreo llegó antes de que pudiera poner mi plan en acción.

Siempre me ha encantado jugar vóley. No era el crack del equipo, pero tampoco un desastre. Saltaba lo suficiente para hacer bloqueos épicos y, de vez en cuando, conectaba un remache digno de aplausos. El año pasado, pensé en unirme al equipo, pero el miedo de enfrentarme a los chicos de cuarto medio con experiencia me detuvo. Ahora, con su egreso, el equipo masculino se quedó en el olvido.

Pero este año entré sin dudarlo, en un inicio fue rentable, muchos se inscribieron pero a la semana el mismo profe abrió un taller de futbol. Todos esos entusiastas prefirieron optar por el taller de futbol. Por alguna razón también dejé de ir, pero en esos momentos, motivado por la idea de que Javiera lideraba ese equipo pregunté al profe si podía ir y no puso reparos.

Cuando finalmente llegué (tarde, por supuesto), me di cuenta de que era el único chico entre un grupo de chicas. ¡Y no estaba Javiera! ¡¿En serio?!

Entré, el profe me mandó a correr como castigo por mi tardanza, y mientras trotaba, sentí todas las miradas sobre mí. Era como si estuviera en un episodio de alguna serie de comedia adolescente, y yo era el novato que se mete donde no debe.

Pero volví el jueves, enfrentándome al mismo escenario incómodo y Javiera, seguía sin aparecer. Estaba a punto de rendirme, pero la esperanza no moría. La veía brillar en las clases de educación física y en los recreos, y me preguntaba por qué no se unía al equipo.

En cuanto a historia, la segunda semana de Agosto estaba fijada una prueba, no vi Machuca nunca en esos días, todos estaban algo urgidos con eso

Ignacio me dijo un día, algo harto cuando le comenté sobre Alessandri

—¿Para que hay que aprenderse todo esto? ¿de que me va a servir saber quien chucha era Alessandri? ¿quien chucha era ese weon?

—Fue un presidente que fue importante en los 60...es importante saber eso para...—Me quedé en silencio pensando—Es importante

—¿Ves? ni a ti que te gusta la historia te es importante

Cuando volví a mi casa, me puse a "estudiar" (busque en internet "como enamorar a una mujer solo mirandola a 100 metros de distancia", vamos ¿quien no lo ha hecho?) pues de cierta manera me sentía algo urgido.

Luego de una de mis mejores mas... (ya saben) pues no había nadie en casa además de mi(¡que desperdicio de tiempo señores!) me puse a intrusear cajones, buscando algún dulce o algo interesante. En el cajón de mi papá encontré un montón de monedas de $10 pesos para ir a comprar algo afuera, nada fuera de lo com... nop, había una moneda interesante, no era de 10 como las otras, tenía un escudo nacional y debajo decía "5 escudos" la tomé y la miré con cuidado, al reverso aparecía un jinete con una lanza, debajo decía "Lautaro"

—Wow!—Exclamé en voz baja

La miré por bastante rato, nunca había visto una de esas, era de 1972.
Traté de ponerme a estudiar, pero ademas de jugar Minecraft, investigué brevemente sobre esa monedita.

Esa Que Juega VoleiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora