El chinchoso de mi ex - Jakehoon

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En efecto, al seguir el borde de aquella pared llegaron a un punto en dónde había un hoyo en el arbusto, lo suficientemente grande como para que pasaran sin problemas.

—Espero que layla no haya hecho esto— dijo como pudo Jake mientras cruzaba con dificultad hacia el otro lado.

—No lo creo, no hay restos de hojas en el suelo, supongo que ya estaba así.

Cuando Jake logró pasar ayudó a Sunghoon a hacer lo mismo.

Se sacudieron un poco la tierra y hojas que quedaron sobre ellos y de ahí recién le hicieron caso al lugar en el que estaban.

Mudos quedaron ante la vista, era como una extensión del parque pero con un lago pequeño y varios árboles.

A un lado del lago se encontraba la perrita entretenida con unos peces.

El peligris inmediatamente se acercó a ella y la abrazó sintiendo como la preocupación se iba de su sistema luego de horas de tensión.

Layla estaba feliz como si nada, cómo si no hubiera estado cerca de provocarle una crisis a su dueño, mientras este la acariciaba.

—Cumpliré mi promesa de nada de premios hasta año nuevo.

—Como si faltara mucho para eso— dijo divertido quien hasta ahora solo había observado el reencuentro.

—Ts, déjame. Tu serías capaz de hacerle eso a esta lindura por tanto tiempo?— giró el rostro de la cachorra hacia su dirección para que la mire.

Y ella como el muy adorable ser que era ladeó su cabeza y sacó un poco su lengua haciéndola ver extremadamente linda.

—Buen punto, nadie en sus cinco sentidos podría— se agachó para comenzar a darle cariño a layla también, rozando sin querer la mano contraría y con ello causando un poco de nervios en los dos.

Cuando ya todos se calmaron, decidieron quedarse y explorar un poco el lugar, que a ambos les pareció hermoso.

Y a vista de que no habían casas cerca, quisieron creer que no estaban de invasores.

Por lo que simplemente turistearon vagamente mientras charlaban y jugaban de momentos con Layla.