El Robo

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En plena madrugada, aquella omega rosada se andaba despertando tras sentir unos golpes de calor, sabía que su celo está cerca y era un problema para ella.

Comenzó a sudar mucho mientras que sus mejillas se teñian de rojo.

Sin pensarlo había decidido abrir la gran ventana que había en el balcón tal vez así podría estar un poco más fresca para poder seguir descansando

Al salir por el balcón sintió una gran brisa de aire, estaba siendo una madrugada fresca, se quedó ahí mirando algunas estrellas que se notaban aún.

Su tranquilidad acabó cuando escucho un ruido que provenía de la casa de su vecina, al asomarse vio como un sujeto encapuchado salía con una bolsa de este lugar.

No pudo evitar dar un pequeño grito, llamando la atención de este sujeto.

Al ver lo que había echo no dudo en salir corriendo de ahí e ingresar a su casa, antes de poder cerrar la puerta del balcón fue interrumpida por aquel misterioso hombre.

Este le tapó la boca a la omega y se la llevó adentro de la habitación de esta.

Al estar en ahí pudo distinguir las dulces feromonas que soltaba la rosada

-vaya vaya que tenemos acá si es una omega que entro en celo

Aunque había poca iluminación podía notar que aquella joven tenía un buen cuerpo

La rosada se maldijo en ese momento por entrar en celo, era un mal momento más si estaba en la misma habitación con un alfa desconocido

Al sentir las manos de este desconocido por su cuerpo soltó inscocientemente un pequeño gemido

-n-no me hagas daño por favor-suplico la rosada entre murmullos

-oh pequeña hiciste mal en salir y verme te daré dos opciones la primera es matarte acá mismo para que te quedes callada o haces que tenga la mejor noche contigo, tu eliges preciosa

Soltó un pequeño grito al escuchar las palabras del desconocido, sabía que era su fin tenía dos opciones que no le gustaba

-vete por favor, no se quien eres, no diré nada

-eligue una de las opciones que te di - dijo con cierta voz amenazadora

-no diré nada te lo juro!! Pero no me hagas nada

-contaré hasta 5 sino escoges me veré en la obligación de matarte uno... Dos... Tres...

-escogo la 2!!! - grito la rosada

-muy bien pequeña, ahora desnudate y complaceme

La rosada sintió como la dejaban de sujetar, había escogido acostarse con el sujeto, no había vuelta atrás

Llevo sus manos hacia los botones de su blusa y para luego quitárselo, a la vez que se bajó el short que llevaba.

Y estaba ahí, al frente de un desconocido con ropa interior, toda expuesta y sumisa.

Con la luz de la luna pude ver un poco como era el ladrón, era alto y robusto, tenía una hermosos ojos verdes jade mientras que la luz chocaba en la púas azules de este alfa

Se acercó a él y se puso de rodilla, debía satisfacerlo para que se vaya y la pudiera dejar tranquila

Sus ojos se clavaron en aquellos ojos que la hinoptizaban, mientras que sus manos bajaban la cremallera de este.

Comenzó a másturbar el miembro de este, tenía pocos conocimientos sobre cómo complacer a un alfa pero años atrás había leído una parte de un libro que iba a ponerlo en práctica

sonamy: historias lemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora