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Lan xichen no ha salido del Hanshi y ya ha perdido la cuenta de cuántos días pasaron. Se siente culpable y el gorro con bordados dorados agrava su dolor. Se arrodilla en una especie de tumba improvisada la cual sólo tiene flores y incienso recién cambiado, no le importa que sus túnicas se ensucien, él sabe que está mal que le reste importancia pero aún así solo mira fijamente un punto en especial, en la piedra están tallados unos caracteres, está el nombre de Jin GuangYao y él no puede evitar mencionar en voz ligera su nombre de nacimiento cuando lo recuerda.

Durante casi toda su vida nadie lo había visto llorar. Su rostro siempre ha mantenido una expresión noble y feliz. Siempre podría ocultar hábilmente lo que siente. Incluso cuando su madre falleció, cuando su padre fue asesinado, cuando su secta fue destruida hasta la llamas y él se vio obligado a escapar, mantuvo una expresión estable y controlada.

Y entonces sucedió, en aquel lugar donde asesinó con sus propias manos a Jin GuangYao. Desde entonces, apenas puede pasar medio día sin que se le acumulen lágrimas en los ojos. Él está seguro de que todo es su culpa, de que se puso una venda en los ojos e incluso en el último momento estuvo dispuesto a morir con Meng Yao. Hubo personas que salieron lastimadas por su compasión y ahora él lo sabe, también sabe que no debería llorar, pero aún así lo hace, porque el sentimiento se hunde cada vez más y no puede evitar que sus ojos rojos se detengan.

Deja escapar un sollozo sabiendo que está solo. ¿Cuándo no lo estuvo? Ahora quizás recuerde que los únicos que le harían verdadera compañía serían sus hermanos jurados. No quiere ofender a su pequeño didi pero incluso él había pasado por una reclusión donde se lamento por 13 años, sus pensamientos se dirigen hacia Lan Wangji y una sonrisa sencilla parece atenuar su dolor, ahora que Wangji está feliz con la persona que ama; Lan xichen puede decir que cumplió su misión.

...

En el pasado, antes de que salieran de Gusu rumbo a las Cacerías Nocturnas la mirada de Lan Wangji estaba apagada, sin brillo ni esperanza por la vida pero, cuando volteó a ver al joven amo y lo hizo callar con el Hechizo Silenciador, Lan Xichen vio el brillo destellar en su mirada, había tanta felicidad en ese par de ojos que tanto había llorado, que casi abre la boca de par en par

Ni él, ni su tío, ni siquiera Lan Yuan que se había convertido en su hijo, jamás, jamás, jamás, pudieron hacer reflejar esa emoción en su hermano con tanta intensidad, sin importar cuánto lo intentaron. Así que verlo así, después de tantos años y tanto sufrimiento, casi arranca un sollozo de alegría de Lan XiChen, quien se esforzó mucho por no dar a notar cómo su corazón estaba brincando acalorado.

Si la única persona que en todo el mundo lo hizo brillar como si del mismo sol se tratase había sido nada más y nada menos que Wei WuXian, entonces, ese hombre no podría ser más que...

En ese entonces todo era una suposición.

De alguna manera todavía sentía un pequeño resentimiento contra Wei wuxian por haberle causado daño a su hermano pero sabía que eso sería recompensado con el tiempo que pueden pasar juntos en el futuro.

« Él también quiere pasar tiempo junto a Meng Yao. »

Quiere abrazarlo y pedirle más explicaciones hasta que las palabras que él tan egoístamente quiere escuchar salgan de esos labios carmín. Pero sabe que lo que pide jamás será posible, que jamás podría tener un futuro junto a sus hermanos jurados nuevamente.

Una vez pone sus pensamientos en orden y las lágrimas ya no corren por sus mejillas pálidas, él se levanta. Un mareo corto pero punzante estalla en su cabeza y él sabe que son las consecuencias de no dormir correctamente, ignoro por semanas o tal vez días su salud y ahora se encuentra en un estado tan lamentable que lo hace odiarse aún más.

CULPA INNECESARIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora