lll

19 0 0
                                    


- ¡¿Crees que ya pagaste por toda la mierda que hiciste?! -

Un cuerpo de contextura delgada fue arrogado con fuerza sobre un muro de piedra, el simple sonido podría llevar a inferir cuanta fuerza se había utilizado en un simple golpe. La espesa niebla no dejaba ver con claridad a los involucrados en la discusión, pero Xichen sabía perfectamente quiénes eran, sus últimos sueños habían girado en torno a estos dos individuos. ¿Cómo podrían no reconocerlos?

Por dónde lo viera, les había traicionado a ambos.

El sueño era el mismo en distintos lugares, al final se vería así mismo clavando una espada en el pecho de Jin Guangyao, ¿Que sentido tenía acunar una emoción?

El canción mental existe, y xichen estaba en su límite.

Después de otra noche sin poder conciliar el sueño a causa de las pesadillas ya nada podría empeorar su estado. Si decían que estaba vivo entonces era mentira, en realidad, por mas que su cuerpo estuviera intacto, su alma ya había dejado su cuerpo desde el momento en que decidió entrar en seclusion.  

 Jin Guangyao se convirtió en su mundo entero; en la luna y las estrellas, en el mar y en el cielo. Para cuando quiso convencerse de que no le amaba, ya era demasiado tarde. Estaban tan enredados el uno en el otro, que la primera vez que juntaron sus manos, la primera vez que se susurraron un te quiero silencioso, la primera vez que hicieron un brindis clandestino en la oscuridad del hanshi, fueron actos que sucedieron de forma natural, como si fuese obvio, como si tuviesen que suceder por imposición del Universo.

Lan xichen  cerraba los ojos y trataba de pensar en un pasado, en una vida antes de Guangyao, pero no lo recordaba. Era como si nunca hubiese existido, como si el siempre hubiese estado en los dias difíciles, en los que necesita dejar de ser un líder y empeza a ser humano.

Queria pensar en que esa persona que tanto anhelaba atravesaría el umbral, tomaria asiento y se permitiria servir el te para ambos, pero jamás volvió, jamás regreso a pisar su hogar. 

Es difícil seguir adelante cuando sientes que no puedes, cuando no tienes o no encuentras razones para hacerlo. Es demasiado doloroso, demasiado inhumano. Sabes que sin embargo no te queda más remedio que seguir adelante, que olvidar, aunque ya no haya más tierra, aunque ya no haya más oxígeno o más Universo.

El olvido ha sido algo que las personas siempre han evitado. Unas evitan olvidar, otras evitan ser olvidadas. Todo esto es lo que siente frecuentemente cualquier persona, solo hasta que pasa algo que le produce tal dolor que lo único que quiere es olvidar, olvidar que alguna vez tuvo un corazón palpitante en el medio del pecho, que suspiraba por aquel cuerpo que ahora no era más que una cáscara vacía. 

se había ido de verdad. 

Poder olvidarse de todo el dolor, tal vez de esa persona. Poder cerrar los ojos, volverlos a abrir y que todo siga como antes de que el corazón se rompiese en mil pequeños pedazos imposibles de recomponer. Una memoria de no más de cinco segundos, vivir cada minuto como el primero de tu vida, cada experiencia única; amar a esa persona como si fuese la primera vez que la ves, en aquel parque verde y cálido; y la primera que te enamoras de ella, como una revelación, como una verdad innegable; una y otra vez, con la misma intensidad indescriptible; y no recordar que alguna vez existió y que cambió tu vida para siempre una vez que ya no está ahí: cuando tu corazón se quiebre en pedazos, el dolor desaparecerá de inmediato.

pero nunca podrá ser asi

No sabía cuánto tiempo había pasado ya, pues se había obligado a no volver a pensar en ello. Cerraba los ojos y trataba de recordar su cara, el sonido de su voz, y su ser entero se deshacía cuando se daba cuenta de que no era capaz. Su voz era suave, y sus ojos eran miel, pero no había mucho más que él pudiese decir. No recordaba su tacto, no recordaba el aroma que impregnaban sus ropas, no recordaba la suavidad de su cabello. Pensaba, mientras dejaba escapar todo el aire de sus pulmones en un grito lleno de todo lo que no podía decir, las lágrimas quemando y saliendo de sus ojos sin poder evitarlo, pensaba, sí, pensaba que podría atesorar aquello para siempre, que el mundo no seguiría avanzando porque tenía un ciento de cosas que mantener en su ser de guangyao, que el no podía morir, incluso aunque ya no respirase, que lo era todo, todo, y lo que siempre había sido todo no podía desaparecer, pero todo había continuado su ritmo, su movimiento vertiginoso, y él...

El solo debía olvidar. 

....

Lan wangji deja unas flores blancas en la tierra, las lagrimas salen y su pecho se siente pesado. La mano calida de su pareja le da consuelo, pero no es suficiente, no cuando ahora perdio a su mejor amigo; su hermano. 

Todo el clan Lan esta triste por la perdida de un gran lider, no entienden la causa que llevo a un hombre tan joven a tomar una decision de esa magnitud. 

Lan xichen fallecio, todos murmuraban sobre porque lo hizo, no tenia razones para hacerlo, aparentemente.

Un corazón roto no puede asimilar la pérdida, un corazón roto no puede encontrar vida tras la muerte de quién le dio razones para vivirlas, Lan Xichen era consiente de las responsabilidades que tenía, tanto para con su hermano cómo para toda su secta; pero, ¿Y su responsabilidad como amigo?  

Vivir por voluntad propia o por los demás jamás fue una opción en su corazón, era egoísta, pero, al final del día incluso la persona más entregada a dar, puede querer un poco para sí misma.

Lan Xichen fue condenado a cargar una culpa que no deseaba, nadie lo desea, pero de alguna manera tenía que pasar, no entendía porque en esas circunstancias, o porque con esas personas, pero no era tan estupido como para no saber que era una culpa innecesaria la que llevaba en sus hombros.

CULPA INNECESARIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora