La selección mexicana estaba lista para jugar el partido que les cambiaría la trayectoria del mundial, si ganaban pasarían a octavos mientras que si perdían regresarían a casa. La selección podía sentir sus manos temblar y como comenzaban a sudar frío, estaban ante un gran rival como lo era Arabia, que sin duda les daría batalla.
Ochoa estaba masticando su chicle como de costumbre, solo que ahora tenía una sonrisa que no muchos conocían, como Guardado por ejemplo:
—Creo eres el único que está sonriendo—Andrés se acercó a Memo—¿Se puede saber porqué?
Memo miró a su amigo que esperaba su respuesta, pero no respondió, sólo sonrió aún más mientras que recapitulaba lo que había pasado con el argentino.
Andrés decidió no preguntar aunque sabía perfectamente el porqué el arquero estaba así, pues no por nada Messi lo había despertado en la madrugada sólo para saber detalles del arquero para poder tener una buena cita. Guardado decidió no preguntar más por respeto a la privacidad de Memo, pero aún así le gustaba ver a su amigo emocionado y feliz aunque tal vez sería su último partido en el mundial.
El equipo entró al campo recibiendo gritos eufóricos de parte de los aficionados, gritos que retumbaban en el fondo de sus almas dándoles fuerza y esperanza para llevar a cabo el partido. Como de costumbre los himnos de los países que se enfrentarían sonaron en el gran estadio y después de un saludo amistoso el partido comenzó.
Memo estaba en su lugar: la portería, donde veía a sus compañeros de equipo perseguir el balón tratando de llevar ventaja. Sin duda Ochoa estaba sintiendo toda la energía que la afición le proporcionaba, sentía la esperanza mexicana en sus manos y la responsabilidad que eso traía; por eso cuando el primer balón llegó hasta el y no pudo ni siquiera intentar entrar se alegró, los jugadores de Arabia no tenían mucha puntería ese día y eso era una ventaja para la selección mexicana. Así fue un cuarto del partido: Arabia tratando de anotar un gol pero fallando en el intento. Si México no anotaba al menos 3 goles estaría fuera del mundial, al menos que Argentina le ayudara anotando un gol que haría que México estuviera a un solo paso de estar en octavos, y para Memo eso era un esperanza.
"Dedicame un gol"
Las palabras del mexicano retumbaron en la mente de Leo, el cuál estaba preparándose para el penal que ayudaría a México a pasar. Pisaba el pasto mientras el arbitro decidía en que momento sonar el silbato y así Messi podría comenzar, un corto periodo que hizo que recordara su promesa, un corto momento donde en lo único que pensaba era Memo. Por eso cuando el silbato sonó dibujó una sonrisa y pateó el balón.
—¡Gol de Messi!
Toda la afición argentina enloqueció ante el tremendo gol que Messi había anotado, el estadio se volvió euforico pues había presenciado lo que Messi podía hacer, pero el solo pensaba en sí Memo se enteraría de como cumplió su promesa.
Mientras la afición argentina festejaba en un estadio la afición mexicana festejaba a no poder el gol que ayudaría a México a pasar a octavos más fácil.
Memo estaba en su área concentrado en la jugada de su equipo, pero eso no le evitó escuchar a su afición festejar un gol que no había sucedido en ese estadio:
—¡Eso!
Memo escuchó la voz de un hombre festejar haciendo que las personas que estaban cerca a él preguntaran que había pasado.
—¿Qué pasó wey?
Se había formado una pequeña conversación entre los aficionados que Memo alcanzaba a oír.
—¡Messi anotó un gol!
Esa pequeña masa de aficionados festejó mientras gritaban el nombre de Messi agradeciéndole la ayuda, y de paso haciendo que Memo sonriera ante el hecho.
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Secreto De Amor [Messichoa]
FanfictionDelante de la gente no me mires, no suspires, no me llames, aunque me ames [...] aclaraciones!¡ ‐esto es solo por broma, se que ambos están casados y con hijos. -si no te gusta el ship solo no leas la historia