Shinobu-sensei

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Caminaba por los pasillos despreocupada de la vida, y como no iba a estarlo si su vida marchaba a su ritmo y tenia todo a su control, detuvo su paso cuando vio a varias de sus compañeras comerse con los ojos al profesor de deportes más atractivo que haya pisado la escuela, Giyū Tomioka. Tal vez Shinobu no tenia todo el control como ella creía tenerlo.

Shinobu no necesitaba mirar lo que muchas veces ya había visto y con lujo de detalle, más eso no le impidió sentirte celosa y enojada, pues como parte de su acuerdo para salir con su maestro debían mantener las apariencias y fingir como si nada estuviera pasando, debía ser un poco más como él y poner un rostro de indiferencia ante esto.

Dio media vuelta en silencio igual que cuando llegó, si alguien la hubiera visto vería una lindo rostro sin una sonrisa.

Por la tarde el profesor de deportes salió de su trabajo para ir directo a su casa como un día cualquiera, todo bien y normal hasta poco después de entrar a su hogar. Al abrir la puerta de su cuarto abrió los ojos sorprendido por la sorpresa que encontró adentro.

Su habitación había sido decorada para parecer un salón de clases, entre las cosas que más resaltaban eran la pizarra, el pupitre, el escritorio y por último pero no menos importante, la "profesora" que estaba esperándolo sentada con las piernas cruzadas.

-Hasta que te dignas a venir Tomioka-kun.

¿Tomioka-kun? ¿A qué venía eso?  

Entro aún procesando lo que estaba ocurriendo - ¿Shinobu, qué éstas? - no pudo terminar de hablar porque ella había tomado un metro de madera y lo había azotado sobre el escritorio callando al instante al "alumno". 

-Llegas tarde y todavía te atreves a llamarme por mi nombre como si nada, te recuerdo que soy tú maestra - término dando otro golpe al escritorio con un semblante serio.

-Shinobu ¿sensei?

Y como si le hubieran dicho un cumplido Shinobu cambió su rostro a una más amable.

-Así esta mejor Tomioka-kun. 

Giyū se sentó en el pupitre aún si ella no se lo había pedido pero la curiosidad por saber hasta donde llegaba todo esto lo obligó.

-¿Qué voy a hacer contigo Tomioka-kun?  

La joven profesora se puso de pie y camino hasta estar frente a Tomioka, quien ahora la apreciaba mucho más, vestida con un par de tacones negros que resaltaban y embellecen su figura, medias negras que combinaban con una falda oscura muy corta y una camisa morada semitransparente y que si mirabas detenidamente se podía ver el sujetador que estaba usando. 

Shinobu comenzó a escribir en la pizarra y después se inclinó más de lo necesario levanto su falda "accidentalmente" y justo en ese momento su estudiante pudo ver que ella no traía nada de bajo. ¿¡En qué estaba pensando!? 

Aquella mirada azulada fue notada y sonrió satisfecha consigo misma, ahora tenía su atención.

Dejo de escribir y lo encaro a los ojos - Debido a esa actitud debo darte un castigo - hablo fingiendo tristeza que no engañaba a nadie.

-¿Y qué castigó debe ser ese, sensei? 

Si este era el juego de Shinobu entonces también jugaría según ella.

-Los chicos malos como tú son los peores, se creen por encima de los demás solo por ser guapos y tener un cuerpo musculoso que hace a las chicas babear, y no precisamente por la boca, es hora del castigó - sonrió con lujuria y algo maliciosa - pon tus manos sobre el escrito ahora - demandó.

Su tono autoritario además de hacerla amenazante también le daba más credibilidad a su actuación, verla en un papel dominante la hacia atractiva.

Obedeció la orden sin pensar mucho, Shinobu lo obligó a inclinarse y después comenzó a jugar con el elástico de su ropa bajándola poco a poco dejando al final el trasero de Tonioka totalmente expuesto al aire. 

Quiso mirarla para conocer si a través de su mirada podría conocer que tenia pensado hacerle pero en lugar de eso solo recibió una nalgada. Una muy fuerte.

¡No podía creer lo que le había hecho! Shinobu estaba roja y con el corazón acelerado, no podía creer que en verdad se atrevería a hacer eso. Miro a Giyū esperando una señal para ponerle fin a esto pero él no dijo nada.

¿Le había gustado? Mentiría si le dijeran a ella que no le gusto hacer eso.

Siguió en su papel como una maestra dominante por qué eso quería ser hoy con él, hoy quería el control de todo y eso incluía al hombre con quién tenía una relación prohibida. 

Tomo su bolso y saco un labial, decorando sus labios con un rojo intenso y después uso el labial para escribir en el trasero que tenía a su disposición. Escribió Shinobu en el glúteo izquierdo y  Kochō en el derecho. Sonrió casi satisfecha por marcar su territorio pero solo falta firmar lo que por derecho le pertenecía, beso el trasero de Tomioka y se atrevió también a morderlo. Si sus compañeras se lo iban a seguir comiendo con la mirada entonces que también pudieran ver eso.

Giyū tenía las palabras en la boca pero no podía decir ninguna, lo habían marcado como a ganado y también lo habían mordido como si solo se tratara de un simple pedazo de carne. O tal vez ahora ya no era un simple pedazo de carne y ahora era ÉL pedazo de carne para Shinobu. 

En minutos ya lo tenía a su merced, de rodillas desnudo frente a ella con el cuerpo marcado por mordidas, besos y un mensaje en su piel diciendo "Prohibido tocar" se sentía excitada y emocionada, el papel de autoridad en su juego era grandioso.

-Como has sido un buen niño con tú "castigo" te daré un premio - puso su pie en el hombro del hombre dando un buen punto de vista a su sexo mojado - será todo tuyo, pero solo podrás usar tú boca - Tomioka asintió y Shinobu se sento con las piernas abiertas lista para ser devorada.

~ahh - no detuvo sus gemidos ni tenía intención de hacerlo ~¡hmmm sigue así sigue así no pares! 

La boca y lengua de Giyū hacían maravillas en su botón de placer y mientras más tenía placer más tenía el deseo de tener la enorme polla palpitante y erecta de su alumno muy dentro de coño.

Se escuchó un gran gemido pues había llegado a su orgasmo, tan rápido como pudo lo tomo para si misma y beso a Tomioka sin importarle que su rostro estaba cubierto de su orgasmo. Los besos eran feroces y cargados de deseos carnales por ambas partes, su temperatura iba en aumento así que la ropa debía desaparecer. Todo lo que había en el escritorio termino en el piso así como la ropa, Tomioka fue el primero en recostarse y segundos después Shinobu se subió sobre él comenzando a cabalgar como una vaquera a una semental sin control. 

Casi lloraba de la felicidad al tener a su hombre haciéndose uno con ella otra vez, le gustaba sentir como sus cuerpos reaccionaban a los toques y caricias del otro. Siguieron en la misma posición hasta que llegaron al orgasmo casi volvía a llorar de felicidad al sentir la espesa carga blanca llenando su interior.

Volvieron a la acción en otra posición pero siendo ella la que tomaba más iniciativa y siempre estando sobre Tomioka. El sonido que hacían cada que unían sus cuerpos bañados en sudor era la música para sus oídos y sus caras con expresiones lasivas y desvergonzadas les daban más apetito sexual y un deseo por saber cuántos orgasmos podían tener.

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Cubiertos de saliva y demás fluidos los dos amantes estaban sobre el piso acariandose y recuperándose de uno de sus mejores encuentros que habían tendido.

Beso la mejilla de su amado llamando su atención -No olvides llegar temprano a la próxima clase, será introducción al BDSM. 


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