¡Cállate! ☘ ChanIn

❧ 05

Changbin está sentando de nuevo frente a mí, al igual que Minho. Están observándome y yo de repente les poso la vista. Llevan así dos días, intentando descubrir qué era un dedal y la importancia entre Jeongin y yo. Por cierto, ese parlanchín ni siquiera se ha acercado a preguntarme la hora.

Me resulta raro, sí, que de repente se desaparece dejando esa duda. ¿Le gustó mi beso?

—¿Qué es un dedal?

Vuelven a preguntarme. Les observo, suspiro fuerte y niego con la cabeza, rascando mi nuca y el puente de mi nariz casi de manera espontánea.

Y no. No tengo la menor idea. También me la he pasado observando todo, recordando la primera conversación que he podido, desde que tengo memoria de que me gusta. He intentado recordar si alguna vez, extrañamente, hablamos de eso. Si la palabra tenía algún significado, o si la película se lo daba.

He llegado a la conclusión de que es un chico muy raro, y que le ha llamado dedal a un beso sólo porque es de una película.

—Fue el beso que le di, se los llevo repitiendo los últimos veinte minutos.

Minho está resignado, comiendo de poco a poco sus papitas. No he hablado mucho del tema con Minho, hasta parece evadirlo. Da igual, no tengo ganas de hablar con un bro de mis sentimientos innecesarios. Además, Minho sabía suficiente desde que me dijo "lo besaste". La peor parte de todo, que fue innegable decirle que muero y me desvivo por Yang Jeongin.

Changbin, por su parte, golpea su frente y se niega a dejar de lado el tema. Aunque por un momento, su mente se despeja y se dedica a hacer otras preguntas.

—Chan-ssi —me llama mi mayor, le miro y alzó la barbilla. Changbin se acerca un poco a mí y sonríe—. ¿Qué sentiste cuando él te besó?

¿Qué sentí cuando él me besó?

Mh... Veamos. Sentí cómo mi corazón se aceleraba, y mis manos empezaban a temblar. Sentí su corazón detenerse porque estaba tan cerca mío. Mi estómago me dio un aviso, al dejar salir aquellas mariposas. El mundo se detuvo, y parecía que sólo estábamos él y yo, juntos, muy juntos.

Sentí que el mundo era mío.

Me sentí vivo y feliz.

¿Qué sentí?

—Sentí todo muy... lindo. Perfecto.

Creo que Changbin esperaba más. Pero no soy tan extrovertido. Me costaría decirle que amaba aquellos labios y que, si pudiera, los comería día a día como el postre más dulce de mi hogar.

Minho ríe en voz alta y se acerca a Changbin.

—No te preocupes, Changbinnie. Cuando Chan dice algo así, la intensidad es multiplicada por mil. No dice todo lo que piensa.

—Ya veo —responde Changbin. Comienza a leer su libro, y después de algunos minutos de reposo, voltea a verme de nuevo—. Cuando besé Minho hyung, sentí un dinosaurio.

No sé qué fue peor. Que yo me atragantara con mi propia agua, o que Lee Minho estuviera ahogándose con media papa a la mitad del esófago. Él se levantó deprisa de su lugar, tomando su cuello entre un sonrojo (o la asfixia, cualquiera de ambas) y tociendo. Y para cuando Changbin se puso de pie, para ayudarle, Minho ya estaba bien, cubriéndose el rostro con vergüenza.

—¿Ustedes se besaron?

—Bueno...

Minho me mira y luego a Changbin. Se sienta en su lugar, seguido del menor y sonríe algo incómodo.

—Sí, nos besamos —me responde.

Changbin volvió a mirarme, creo que me examinaba con cuidado. Pasaba y yo podía sentir su vista en cada una de mis facciones, creo que estaba leyendo mis actitudes.

—¿Por qué no buscas tú a Jeongin? —me pregunta.

Siempre tengo respuestas para las preguntas. Pero aquella vez... creo que me quedé en blanco.

—No lo sé.

Minho seguía en su lugar, lloriqueando ante la gran revelación (así lo veía él, pero un beso entre ellos ya no me sorprendía, se veían bastante compatibles, unidos, bastante buenos juntos), lo veía de repente, pero no me hacía caso, a nadie de hecho.

Ahora bien, ir a buscar a Jeongin después de haber tenido un rechazo indirecto y luego una bienvenida diciendo que le agradó el dedal...

Demonios, ¡yo no era psíquico o adivino!

—Quizá debas de buscarlo tú —Changbin me sonríe. Mira a Minho, quien está con la frente escindida entre sus brazos, apegada a la mesa donde nos estamos. Changbin empieza a acariciarle el cabello a Minho—. Después de todo, él siempre te buscó a ti.