"Cansado le dijo una vez el cerebro al corazón...
- ¿Cuánto más?
Soltó en un respiro mientras su mirada yacía en aquel roto corazón lleno de cicatrices profundas...
- ¿Cuánto más vamos a soportar esto?
Nuevamente habló. Sus ojos se moverían hasta aquel sonido que no cesaba. Una gotera de sangre mezclada con lágrimas que se esparcían por el corazón... Su corazón.
La gotera ceso temporalmente, a cambio de esto una voz quebrada y temblorosa acompañaban y escondían sus secretos que no salían a la luz.
- Pero, ya no me duele...
Dijo con aquella frágil voz que ya había sido rota tantas veces por sus gritos y dolor. Aquel corazón se miraba a si mismo entrando en llanto otra vez.
El silencio rebotaba en aquel desolado lugar, la oscuridad era espesa y se apoderaba del ambiente haciendo de las suyas.
- No, ya no te duele porque ya te acostumbraste a ese dolor...
Comentó una vez más antes de volver a hablar con palabras que sabía abrirían nuevamente aquellas heridas que se habían tardado tanto en sanar.
- Porque ya te acostumbraste a su atención a ratos...
Aquel silencio era profundo, cortante y su acompañada neblina bajaba del oscuro y débil cielo cegando todo a su paso. El llanto del corazón se hacía presente nuevamente acabando con su silencio.
- Pero yo lo quiero...
Comentó entre su llanto sintiéndose culpable de no haber podido hacer mucho por aquella persona que la salvo de tanto.
Nuevamente un suspiro pesado abandonaba los labios de aquel cerebro antes de volver a hablar.
- Yo también lo quiero...
Comentó este para así acercarse y calmar el llanto de aquel corazón producto del daño que se provocaba a sí mismo.
- Pero eso no es amor... Y lo sabes.
Habló nuevamente mientras que con sus manos colocaba unos ganchos en aquellas grandes heridas... Ganchos que sabía no durarían mucho y se volverían a abrir."
