"Frío... Frío era aquel ambiente que rodeaba mi cuerpo en aquel trayecto, el sonido de las hojas al caer resonaba tal eco envolviendo mis oídos en su tranquilo sonido.
Mi energía disminuía junto a mis pasos entre las hojas bajo mis pies. Cansada de seguir un trayecto mi cuerpo se desplomó sin más al frío suelo, la soledad invadía el entorno mientras el sol se escondía al terminar su jornada observando a lo lejos la luna junto sus estrellas siendo partícipes en el lugar. Pasaron minutos, bueno, horas q fueron deslumbradas al abrir mis ojos; la neblina era espesa y el viento soplaba con fuerza como si quisiese eliminar todo aquellos q le estorbaba a su paso.
Mi cuerpo yacía tumbado y cubierto de hojas, mi aliento era notorio ante mis ojos y poco a poco mi piel se tornaba de un todo pálido. Todo estaba perdido, la soledad me consumía junto a la culpa mientras fallecía por dentro sin ningún dolor...
Oscuridad... Calidez...
Fueron las cosas que sentí envolviendo mi cuerpo sin soltarlo por miedo a que aquel estruendoso viento me llevase con él, mis ojos cansados abiertos fueron nuevamente al notar la gran figura negra que envolvía mi cuerpo proporcionando y devolviendo la vida y calor a mi cuerpo una vez más.
Un poco más consiente mi cuerpo se removía buscando ver su rostro, rostro que al encontrarlo se dio cuenta qué tal cansado estaba. Sus cicatrices yacían en su cuerpo que aún podía sostenerse entre aquella oscuridad y espesa neblina que llevaba a la perdición; sin pensarlo, mi mano se encontraba rumbo a su mejilla donde acariciaría y abrazaría envolviendo su cuerpo junto al mío con un abrazo que no deseaba soltar nunca.
El viento se hacía cada vez más presente y agresivo arrancando todo a su paso, aquellos árboles que en el día se despedían de sus hojas, quedaban hechos ceniza mientras se perdían junto a sus hojas al paso del viento. Aterrada esperaba terminar igual que aquellos, rota y hecha cenizas, pues un simple tacto y su caricia en mi cabello calmo todo mientras me mostraba como aquello a nuestro alrededor no nos movía ni un centímetro.
La noche no estaba sola... Ninguno de los dos estaba solo, se tenían ambos mientras sanaban sus heridas poco a poco, aquello que la acompañó esa noche no era solo una 'criatura' eran muchas constelaciones juntas formadas en una persona que estaba cansada y derrumbada, pues aun así se levantaba y le había ayudado a salir poco a poco, aunque la tormenta aún viniera y quisiese acabar con ella. Nada estaba perdido, aquella persona que acompañaba su andar irradiaba su belleza ante sus ojos provocando que a su mirar se lo recordara todo el tiempo, aunque aquel no lo creyera, sus cicatrices y miedos, sus temores habían sido abrazados por ella mientras le demostraba que era más que un ser viviendo una mala experiencia terrenal, que nunca lo dejaría solo aún si después de la tormenta apareciera un rayo..."
