¿Cómo proponerse a un portador del discurso maldito? Por Okkotsu Yuuta.

Paso 4: Ignora todo e improvisa.

El plan era más simple de lo que parecía.

"Nobara, Maki, Itadori y Panda se encargarán de cualquier emergencia que pueda surgir en ese día," Gojo mencionó tranquilamente mientras todos seguían escuchando con atención. Incluso Geto, el cual solamente veía con diversión la cara de confusión de los jóvenes. "Fushiguro me ayudara a colocar todo lo necesario para el gran momento. Yuuta invitará a Inumaki. Y yo me encargare de que todo esté en su lugar para que cuando se acerqué la hora, se revelé la gran sorpresa."

Eso era lo que Gojo había dicho, pero Yuuta no evitaba sentirse un poco ansioso por lo que podría pasar. Incluso si fuera algo bueno o malo, tenía un poco de desconfianza del futuro.

Aunque como no podía hacer nada respecto a ello, Yuuta se obligó a mostrar una postura relajada cuando tocó la puerta de la habitación contigua.

Eran las cuatro y veinte, el tiempo estaba calculado perfectamente que los pasos dentro de la habitación se escucharon segundos antes de que se abriera la puerta. A las cuatro en punto, Inumaki volvería de finalizar una misión, por lo cual le tomaría alrededor de diez a quince minutos bañarse para mantenerse listo en caso de ser asignado a otra misión.

Sin embargo, Yuuta sería quien interrumpiría aquella rutina.

"Konbu, tuna tuna," Pensé que estabas en una misión.

Inumaki se mostró levemente sorprendido porque entre semana la persona que más estaba ocupado siempre era su amigo, el cual solo veía en cortos momentos al día. Aunque a pesar de eso, su relación se mantenía como siempre.

"Tengo la tarde libre, así que pensaba invitarte a escaparnos un rato." Escaparse sonaba una palabra fuerte en un contexto diferente, pero para ellos eso significaba desaparecer un poco del foco incandescente sobre ellos.

Había días en los cuales solo deseaban poder escapar al extranjero y descansar en una pequeña isla para así conocerse más; sin embargo, el poder y las obligaciones de ambos aun los ataban al mundo de la hechicería.

Inumaki no había tomado muy en serio la propuesta de salir. Es decir, ambos solían pasar el poco tiempo libre juntos, viendo alguna película o durmiendo juntos porque su cansancio a veces lograba superarlos. Así que luego de alzar el zíper de su chaqueta, Inumaki apagó la luz de su habitación para salir, observando en el tranquilo pasillo junto a la presencia ansiosa de su amigo.

"¿Okaka?" ¿Estás bien?

"Es solo que aún cuento con mucha energía, pero ya no hay nada que hacer. Es extraño," Yuuta bromeó antes de comenzar a caminar hacia la salida del edificio. Sin embargo, sus nervios volvieron al sentir como una mano sostenía la suya y una presencia caminaba a su lado.

"Shake shake, mentaiko." Yo sé que podríamos hacer para erradicar esa energía.

No pasaron más de diez segundos antes de que el rostro de Okkotsu se coloreará con un intenso rojo y la risa de Inumaki terminará el silencio dentro del edificio.

"¡Konbu!" ¡Pervertido!

Okkotsu rápidamente comenzó a negar con su cabeza, su mano soltó al otro joven para cubrir su avergonzado rostro. "No me refería a eso, ¡Inumaki, deja de reírte!"

Eran dos adolescentes avergonzados, burlándose de lo débiles que eran sus mentes cuando se trataba de su amante.

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Incluso luego de salir de la academia, Inumaki no se sintió incomodo al comenzar a caminar con su mano entrelazada a la de Okkotsu. Ambos estaban acostumbrados a sostener la mano del otro en público a pesar de no ser nada formal. Aunque tampoco era como si intentarán esconder lo que sentían. Ya que nadie a su alrededor se opondría podrían enfadar a un portador del discurso maldito y a la reina de las maldiciones.