Paso 2: Si es necesario busca ayuda.

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Al día siguiente, Okkotsu despertó más tarde de lo planeado.

Su reloj marcaba más de medio día, pero Yuuta no le tomó importancia ya que había regresado a su habitación hasta las tres de la madrugada. Lo que le sorprendió fue que había descansado más de cinco horas y eso significaba que era su día libre.

Así que rápidamente salió de su cama, acomodando un poco su cabello y colocándose de nuevo sus zapatos (ya que en la madrugada solo llegaba y se recostaba con la misma ropa) para después salir de aquella habitación y dirigirse hacia la habitación contigua.

Era un poco tarde para invitar a Inumaki a desayunar; sin embargo, era el tiempo perfecto para invitarlo a comer.

Yuuta sonrío felizmente mientras tocaba la puerta ya que sentía como dentro de la habitación se encontraba aquella pequeña porción de energía maldita en anillo que le había dado a Inumaki, así que el portador debía estar ahí.

Y tal como lo predijo, unos pasos se escucharon desde el interior de la habitación, pero la persona menos esperada fue quien abrió la puerta.

"Oh, ¡Okkotsu-Senpai! Buen día."

Incluso con aquella gran marca en su rostro, Itadori se veía feliz y el aura a su alrededor era calmada. Nadie creería que dentro de él aún se mantenía el rey de las maldiciones.

"Hola, Itadori... Mmh, ¿acaso me equivoqué de puerta?" Al ser contagiado por aquella alegría, Yuuta no dudó en devolverle la sonrisa y hablarle con serenidad. "Creí que esta era la habitación de Inumaki."

Itadori asintió antes de alzar su pulgar hacia donde el pasillo. "Inumaki salió a comprar unas bebidas. Recién nos despertamos luego de una gran noche de películas y como teníamos mucha hambre, jugamos un poco para saber quién debía levantarse e ir por las bebidas. El olvidó que yo era el experto en piedra, papel, o tijeras."

Era casi imposible sentir malas emociones crecer en su interior debido a que el aura que trasmitía era tan cálida que podía simplemente enfocarse en ella y omitir las cinco mil que el joven decía cada vez que abría su boca. Pero al imaginar la tierna imagen de Inumaki recién levantado mientras hacía un puchero por perder un juego tan absurdo, Okkotsu sintió un poco de envidia hacia Itadori.

"Vaya... no sabía que ustedes se llevaban tan bien. Es decir, cuando me encontraba en el extranjero, Inumaki me mandaba mensajes contando todo lo que le pasaba, pero jamás te mencionó a ti." Yuuta sintió un ligero acido quemar el fondo de su garganta, incluso él había sentido que aquellas palabras fueron fuertes. Por suerte, Itadori interpretó aquello como una broma y solamente río antes de negar.

"Eso es porque comenzamos una mejor amistad luego de los juegos. Al principio una parte de mi se sentía tan apenado por lo que Inumaki tuvo que pasar gracias a la pérdida de su brazo, así que intenté ser casi como su sirviente para redimirme."

Con cada palabra que Itadori mencionaba, Yuuta sentía su cuerpo tensarse más y más. Lo único que se reflejaba en aquel sujeto era la pena y el sufrimiento de portar a una fuerza imposible de controlar, además de que debía cargar con las consecuencias de las acciones que Sukuna hacía.

"Itadori, realmente no es tu deber," Okkotsu murmuró, intentando persuadirlo. Aun así, él sabía que no era la mejor persona para decírselo ya que ambos cargaban con la cruz de sus poderes. No era extraño que se sintiera reflejado en aquellos pensamientos.

"Él también me dijo eso. Incluso me golpeó pensando que solo lo hacía por pena," Itadori mencionó antes de reír y colocar su mano sobre su propia mejilla. "Dos golpes que no fueron en vano ya que el deseaba darlos. Sin embargo, no me llegó a odiar porque le dije que era agradable estar con él, incluso me olvidaba un poco de todo esto a su lado. Inumaki es una gran persona que también ha sufrido mucho, pero aun así decide ver todo de manera positiva."

Yuuta entendía aquello. A lado de Inumaki sentía que sus problemas se desvanecían y podía disfrutar de su maldición sin lastimar a alguien, además de que el joven estaba dispuesto a ayudarlo a manejar su situación cuando apenas se conocieron e incluso le había enseñado la maldición de su familia.

"Y así fue como terminamos como amigos. Okkotsu-Senpai no debe preocuparse por algún malentendido entre Inumaki y yo; al final, Toge fue quien me contó sobre ustedes."

Aquella frase fue la que provocó que Yuuta casi se ahogara con su propia saliva. ¿Acaso no era el mismo quien creía que Itadori e Inumaki estaban desarrollando algo por su cercanía? Al parecer se había auto saboteó.

A causa de la emoción, Yuuta no sabía cómo preguntar aquellas dudas englobadas en su mente sin parecer un poco desesperado por respuestas. Así que decidió comenzar con algo casual.

"Itadori-kun, ¿Inumaki te habló de mí?"

Y lo primero que se le ocurrió fue una pregunta tan redundante. Pero era su nerviosismo de enamorado traicionaba a su razonamiento. Así que Yuji no podía reírse de él, además de que era mayor que él y podría ganarse una paliza de Rika.

"Suele comentar mucho de usted. Incluso compró varias cosas porque quería regalarle algo por su gran esfuerzo estos últimos días. Creo que todos debemos darle algo a usted, ha realizado tanto por nosotros," Itadori comentó. "Si necesita o quiere algo, por favor dígamelo e intentare conseguirlo."

Okkotsu alzó sus cejas con curiosidad por sus palabras, pero tan rápido como la ayuda fue ofrecida, esta vez le sonrío y asintió varias veces.

"Itadori, creo que necesitaré tu ayuda para algo."

Esta vez Yuuta no dudó en comentarle sobre la pequeña sorpresa que quería hacer para pedirle a Inumaki que fuese su pareja porque dos cabezas pensaban mejor que una.

Sin embargo, esas cabezas no eran tan buenas para el romance, por lo cual ocho cabezas tuvieron que involucrarse en el plan para crear algo decente.

¿Cómo proponerse a un portador del discurso maldito? Por Okkotsu Yuuta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora