Capítulo 6

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La noche cayó más pronto de lo que Nigel se había acostumbrado en las últimas semanas estando en el planeta tierra, en su casa. Eso era una clara señal de que el otoño estaba llegando. Por un momento, había olvidado completamente las estaciones del año y es que en el espacio, no tenía forma de saber en qué estación del año se encontraba, tampoco tenía un buen control del espacio tiempo, pues los relojes en todos los planetas que visitaba marcaban un horario diferente.

Se levantó de la cama y cerró la ventana de su cuarto pues el frío se estaba colando por la misma y ya le estaba erizando la piel. Cuando miró hacia abajo, notó que algo raro estaba ocurriendo. ¿Era esa la camioneta de Número 60? ¿Qué estaba haciendo allí? Un toque en la puerta lo devolvió a la realidad.

―Adelante― dio la orden para que abrieran la puerta y su madre apareció en el umbral.

―Nigel querido, tienes visitas. ¿Por qué no me dijiste que tenías tantos proyectos escolares? Debe ser difícil ponerse al día en una escuela nueva en tan poco tiempo― le dice su madre en un tono dulce

―Eh... yo...― Nigel no sabía que estaba pasando y antes de que pudiera decir algo, Patton y Fanny entraron a su habitación.

―Bueno los dejo tranquilos, tienen mucho trabajo por hacer y no quiero interrumpirlos― se retiró la Señora Uno dejando a los adolescentes solos.

―¿Pero qué hacen aquí?― pregunta indignado Nigel debido a la presencia repentina de sus compañeros.

―¿Cómo es eso de qué hacemos aquí? ¿Acaso no viste mis mensajes?― pregunta enojada Fanny en su tono de voz característico ―¿Tienes el celular de adorno o qué?

―Oh bueno yo... estaba cargando la batería y...

―¿Lo pusiste en silencio?

―Es que yo quería leer y el...

―¿Y qué es toda esta basura?― pregunta Fanny mirando el cuarto de Nigel. Tenía muchos libros y revistas por toda la cama y el suelo, ropa sucia amontonada en una esquina y algunos calcetines sucios regados por toda la habitación. También tenia varias cajas en otra esquina que parece que las atiborraron y las cerraron mal y cualquier movimiento de tierra haría que se derrumben ―¿Porque tienes tu habitación tan desordenada?

―¡Osea hello este es mi cuarto! Tampoco esperaba visitas― le respondió Nigel y miró a Patton que él solo mantenía su vista hacia el suelo mientras Fanny lo regañaba.

―Tal vez si tuvieras el celular a mano podrías saber que vendríamos. ¡Arregla este cuchitril! tienes cinco minutos Uno, ni uno más ni uno menos. Deja este lugar decente para recibir a una dama pero ya.

―Como si hubiera una― susurró Nigel pero Fanny alcanzó a escucharlo.

―¿QUÉ FUE LO QUE DIJISTE?―

―Nada... le digo, me dice, señor, ¡Señora!

―Esperaré afuera― dijo la chica antes de retirarse y cerrar la puerta con furia. El sonido resonó en sus oídos y solo se limitó a suspirar rendido. ¿Acaso su temperamento no iba a cambiar nunca?

Miró a su alrededor y empezó a recoger los calcetines en silencio. Luego escuchó una risita que provenía de Patton. ¿Se estaba burlando de él?

―No se como la soportas― comenta Nigel acomodando los libros de vuelta en su estante. ―Estás todo el día con ella, ¿Como le haces?

―Luego de un par de años te acostumbras a 86. Es decir, no hay de otra. ― Patton ayudó a Nigel a recoger las revistas y acomodar las almohadas de la cama del inglés.

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