Instinto

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La pareja había llegado a su destino, era un lugar muy tranquilo para ambos, pues estar en Hawai en una cabaña alquilada solo para ellos dos lejos de la movilidad y bullicio social era casi como la gloria para la joven pareja.

Si que fue sorpresa para el menor llegar a ese lugar, sobre todo cuando ingreso a aquella acogedora cabaña. Pues, en efecto Tae solamente había llevado un para de mudas de ropa para cada uno, alguno que otro implemento para su higiene, documentos importantes y nada más.

- En serio amor, ¿No tragiste mis supresores?.- cuestionó con un pucherito en su boca.

- Lo siento bebé, se me pasó guardar aquello.- suspiró el alfa.- Te recuerdo que soy un alfa un poquitito despistado y que cuando debo salir de viaje de negocios eres tú quien prepara mis maletas por que yo soy capáz de llevar corbatas, pantalones camisas, pero no guardar boxer's, medias y zapatos.- se escusó fallidamente.- A de más aquí podemos comprarlos.- acotó.

- Tienes razón, pero espero haya la misma marca de supresores, Son los únicos que a mi me han funcionado desde que me presenté.- murmuro.

Luego de refrescarse y cambiarse por algo más comodo la pareja decidió dormir un poco para reunir energías, el viaje a pesar de haber sido en su avión privado fue muy agotador en verdad.


Luego de dormir varias horas, con sus manos entrelazadas solamente, por que el calor era algo sofocador aún, la pareja se levantó dispuesta a ir por los supresores del omega y por algo de comer, pues ese día ya había llegado casi que a su fin y a pesar de tener la cabaña con todo lo necesario, ninguno quería cocinar.

Llegaron a un bonito restaurante se veía muy acogedor con aquellas luces cálidas y el estilo hogareño que desprendía les llamó a curiosear y a adentrarse para deleitarse con la comida lugareña.

Pasó una hora y media después la pareja se estaba dirigiendo a una farmacia, la única de la zona seguna la amable beta dueña del restaurante donde cenaron.

El omega esperaba que haya sus supresores pues debido a su presentación temprana cualquier supresor no era de utilidad para él, debido a que él necesitaba unos un tanto especiales y fuertes que no eran muy comunes de encontrar.

Triste fue saber que no habia los mismos, pero si unos parecidos esperaba que si le ayuden pues su celo estaba muy próximo y estando de luna de miel, pues uno no sabe lo que puede pasar. Pues su supresores actuaban como método anticonceptivo tambien.

Tae y Kook habían hablado ya con respecto a los cachorros, ambos si deseaban uno o varios pero aún no. Tae viajaba demasiado por estar creando otra extensión de su empresa en China y eso lo consumía demasiado y JungKook al ser un cirujano pediátrico tenía en ocaciones muchas intervensiones y tomando en cuenta de que nunca dejaba de aprender sentía que no era él momento adecuado para ser padres, pues eso conlleva a una gran responsabilidad.

El alfa de igual manera se protegía por si algo fallaba, pero un preservativo no era muy seguro con el alfa. Pues al estar enlazados, al ser destinados y al estar imprimados el nudo del alfa siempre era grande, procurando que la fecundación se de por lo que casi siempre el condón terminaba roto por el nudo o incluso explotaba por la cantidad de líquido seminal que era producido por tan fértil alfa.





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Un lindo pucherito fue besado.- Perdón mi lindo omega, pero son parecidos yo se que si te funcionaran bebé.- le dijo.

- Eso espero o yo dejaré de ser el bebé.- reclamó remarcando más el puchero y su ceñito fruncido.

- Sabes, mi berrinchudo. Este lugar esta lindo, ¿Te parece si compramos un lugar parecido por aquí?, para escaparnos cada que queramos.- le preguntó, mientras miraba al frente.

Stand by meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora