Departamento

963 58 10
                                    




Ya llevaban casi un mes con su fase de conocerse, cabe recalcar que él alfa cada que iba por él omega a su universidad llamaba la atención de todos los estudiantes del plantel, pero se sorprendían demasiado cuando se enteraban que llegaba por JungKook, aquel omega rebelde que a rechazado a miles de alfas y betas.

El mayor siempre saludaba al omega con un casto besito en la frente. Cosa que porovocaba miles de murmullos a su alrededor pero ambos ignoraban aquello, si bien había pasado un buen tiempo donde la pareja se encontraban en la entrada y salida de la universidad del menor y hablaban a menudo por mensajes de texto y llamadas, no habían tenido citas. Ya que él alfa se encontraba ocupado buscando un departameto y el omega se encontraba en temporada de exámes y proyectos en la universidad.

- Al fín pude encontrar un departamento, acorde a mis necedidades.- comentó el alfa, mientras salían del recinto de la universidad.

- Me alegro Tae, pero sigo sin saber ¿cuales son tus necesidades?.- preguntó curioso.

- Mm, pues que esté en una zona tranquila, con buena seguridad, que esté cerca de tu universidad y cerca de la casa de nuestros padres.- sonrió.- Con tres habitaciones, cocina, sala, baños, ya sabes lo básico para poder vivir juntos.- se alzó de hombros.

El menor se sorprendió y lo miró con los ojos bien abiertos.- ¿Q-que?.- tartamudeó.

- B-bueno, me gustaría que suceda más adelante por supuesto, ya cuando tú aceptes ser mi omega. Lo había pensado para un futuro que no sea muy lejano.- confesó.

El omega se sonrojo, le gustaba la idea de vivir con el alfa.- En un futuro no muy lejano me gustaría vivir contigo Tae, por mientras, te visitaré muy seguido.- mencionó con una sonrisa tímida.

- Eso me fascinaría, mi bebé.- contestó.

Luego de aquello, conversaron de diferentes temas, el alfa preguntaba si JinHwan ha aparecido, cosa que él omega negó, todo estaba relativamente tranquilo. Tambien hablaron de HoSeok, el alfa había estado ausentado ya que Solar había enfermado, nada grave, pero el alfa quería cuidar y mimar de la linda omega. Tae y Hobi se dieron la oportunidad de conocerce, llevandose super bien, entablando una muy buena amistad.

Así conversaron, tan agustito que sin darse cuenta habían llegado al estacionamiento de un gran edificio departamental. Kook miró con desconfianza al alfa.- Tae, esta no es mi casa, ¿a donde me trajiste mm?.- preguntó.

- Pues a tu primera visita a mi departamento, digamos que lo compre ayer y ayer mismo lo mande a amueblar.- sonrió inocente.- Quisiera que me des tu opinión bebé, espero no haber hecho un mal trabajo con esto de decorar y amueblar.- dijo tímido.

- Okey, seré tu juez Tae.- dejó un beso en la comisura labial de su mayor y bajo del auto con una sonrisa conejil en sus labios.

- Este diablillo me va a matar de amor.- dijo para sí mismo, negando con su cabeza, bajando del auto para subir hasta su departamento.

Kook no lo podía creer, Tae había cimprado el penthouse, situado en el ultimo piso, ¡de un edificio de veinte pisos!.

Tae guíaba al omega hasta su departamento, en aquel piso solo habían tres depaetamentos, por lo que indicó al omega cual era el suyo, informandole que él contaría con su tarjeta de acceso propia para que pueda usar el ascensor y en portería ya sabían que el omega tenía acceso libre para ingresar, tambien le dijo que le daria el código del departamento, para que él fuera cuando quiera y a cualquier hora, esté o no esté el alfa.

-Bien, bienvenido a mi pequeño departamento que espero pronto sea nuestro.- mencionó emocionado.

El omega tenía aquellos ojitos curiosos observando por todo el departamento, era un lugar muy hermoso, paredes pintadas en tonalidades, blancas, beiges y algunas negras. Cuadros bonitos, que sabía eran de artistas que a su Tae le gustaba, las puertas eran de color "Thunder gray", los muebles de madera eran de color caoba, los sillones de la sala eran de cuero color negro. La cocina, sus paredes eran de color blanco, con los muebles de color negro, los electrodomestricos eran todos a juego de color plata metalico. En fin hasta donde sus ojitos podían ver era un lugar amplio y hermoso, que de pequeño no tenía nada.- Woow, esta precioso.- comentó.

Stand by meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora