Hablemos

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Luego del bochornoso momento que ambos compartieron, ambos estaban terminando de acomodar las cosas del menor, sus caras aún se encontraban totalmente rojas y ninguno había hablado durante las tres horas en las que pasaron desempacando; pero ambos sabían que debían hablar, más que todo el alfa, que estaba desesperado por poder regersar a aquella confianza que tenían cuando niños con el omega.

Pero, ¡Santa Luna!, por que tenía que ver la ropa interior de su omega en un momento de tensión, donde el delicado, bonito y maravilloso omega aun lo odía, o eso es lo que su lobo dice. Claro, que pensando en otro enfoque, llegará un momento que verá esa ropa interior, conocera cada una de esas prendas, que en cierto momento pasaran a segundo plano,; pero para eso, por lo menos debe tratar de entablar una conversacíon con el menor y sobre todo ganarse el amor y confianza de su precioso destinado.

Ambos jóvenes culminarón con todo lo que debía ser guardado y ordenado, por lo que él azabache con todas la fuerzas del mundo y ese carmesí más latente que nunca se dió la vuelta para encarar al alfa.- Gracias por ayudarme.- dijo, dió una reverencia de más de noventa grados en forma de agradecimiento y respeto. El no era ningún mal educado. Bueno, eso para Tae no le agradó mucho, su bebé no tenía por que hacerlo, él ayudó con tanto gusto que le parece feo que el menor se incline así, como si fuera menos que él alfa.

- No, ante mi no vuelvas a hacer eso.- dijo, mientras hacía enderezar al menor.- Me gustas y necesito que tengas presente que tú y yo somos iguales, como personas, como casta, como profesionales.- le dijo, tan serio que no se dió cuenta de lo que dijo, claro, hasta que notó el sonrojo del menor.

- Y-yo lo hice por respeto, es mi mayor.- mencionó, el colorado muchacho.

Tragó saliva, se declaró sin darse cuenta.- JungKook, creeme yo tambien te respeto a tí, pero, por  más mayor que yo sea , al menos ante mi no lo hagas, dijo acariciando con delicadeza aquel cachetito pomposo y suevecito del omega.- Hablemos por favor.- susurró, lo suficientemente audible para ambos.

El omega soltó un ligero ronroneó, que luego controló.- ¿De que?.- cuestionó.

- Hablemos sobre tu y yó, sobre esto, sobre esta conección que sentimos, sobre nuestros sentimientos, sobre el pasado, sobre presente y sobre nuestro futuro.- dijo con aquella voz grave y seductora.

Los ojitos del omega brillaban, tanto que el alfa creyó que eran dos enormes galaxias, muy hermosas.- Esta bien, hablemos.- respondió tragando saliva y sobre todo muy nervioso.

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Los cuatro mayores habían terminado de ordenar, casi todo en la parte inferior de la casa, ya solo faltaban pequeñas cosas. Por lo que en un breve descanso, surgió el tema de los jovenes, así enterandose que ellos cuatro sabían sobre la conección de sus hijos, sobre que tal vez en un futuro puedan estar juntos, sobre que son el destino del otro. Los cuatro mayores estaban muy, demasiado emocionados por eso.

Así que luego de aburrirse, los mayores decidieron ver como iba la joven pareja, por eso estaban tras la puerta escuchando lo que los menores conversaban.

- ¡Le dijo que le gusta!.- exclamó en un susurro el omega pelirosa.

- Shh cariño, te van a escuchar.- habló el pálido alfa.

- Eso fue tan lindo.- chilló el alfa Kim.

- Si, pero callate, que quiero escuchar.- regaño el omega rubio.

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Se habían quedado en silencio por varias razones. Ambos estaban perdidos en la mirada del otro. Ambos estaban tan cerca, que incluso ellos jurarían que el contrario podía escuchar los latidos del otro.

Stand by meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora