00. Secretos

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00. Secretos

omnisciente
enero del 82

EN EL MINISTERIO DE MAGIA LAS COSAS SE TORNARON OSCURAS DESDE LA MUERTE DE LA PAREJA POTTER. Cada mañana —sin falta alguna— cuando llegaba el ministro de magia, los reporteros de todos los periódicos mágicos estaban aguardando fuera de su oficina, listos para debatir sobre si él conocía el paradero de Lord Voldemort.

Hoy no era una excepción. Sin embargo, habían llegado los rumores de que Albus Dumbledore estaba comenzando a confiar en una familia con antecedentes no tan buenos, la familia Corbin. Una familia en donde se sabía que sus antepasados fueron fieles seguidores de Grindelwald, pero a pesar de los errores cometidos por generaciones pasadas, Albus les confió varias cosas valiosas que serían parte del regreso de su nuevo enemigo... ahora no se trataba de Grindelwald, sino de Ryddle.

—Ministro, ¿es verdad lo que los rumores dicen? —preguntó una reportera algo enana y robusta.

—Créanme cuando les digo que no estoy al tanto de los rumores. Si me hacen el favor de... —contestó el ministro pero antes de terminar fue interrumpido por todos los reporteros a la vez.

—Se dice que Albus le confió tesoros a la familia Corbin.

—Ya sabe usted a quien seguía Emma Corbin.

—No dudamos que su hijo salga igual de traidor que ella.

El ministro tragó saliva con algo de dificultad y un notorio temblor en sus labios se hizo presente—. Bien, estamos al tanto de que eso fue hace mucho tiempo y que su hijo es un hombre respetable. Dante Corbin trabajó aquí por un tiempo, algunos lo conocieron, una gran persona en verdad.

—Pero como es que se les da cosas muy importantes, de vida o muerte, cuando sabemos que son catalogados como traidores.

—Les pido de favor que dejen el tema atrás, es algo irrelevante —respondió acomodándose su corbata y aclarándose la garganta, sin embargo, los reporteros hicieron caso omiso a lo pedido y se abalanzaron a él con más fuerza—. Si quieren tener las respuestas a todas sus preguntas, los invito a interrogar a Albus, las decisiones son de él, no mías. No contestaré alguna otra cosa, gracias.

El ministro comenzó a caminar entre los reporteros, empujándose por doquier. Él no estaba dispuesto a embarrarse otra vez entre las decisiones de Dumbledore.

...

Albus Dumbledore colocó el periódico "El Profeta"  sobre la mesa. Su plan comenzaba a tomar forma, y era claro que para nada le sorprendía que la gente reaccionara de esta forma. Sin embargo, todo estaba resultando para él, pero para Dante no. Corbin estaba bastante disgustado con toda la atención que había acaparado la elección de Dumbledore.

—Albus —nombró Dante Corbin que estaba sentado frente a Dumbledore—, sabemos lo que está provocando esta situación, creo que es mejor devolverte las cosas y...

—No —interrumpió el viejo barbas plateadas—. Eres parte de la orden del fénix, conociste a los Potter, nadie más que tu puede cuidar de lo que te di.

Dante tomó un sorbo de su cerveza de mantequilla. Jamás esperó la confianza que Dumbledore de repente le tuvo. Aunque tenía lógica, pues Sirius Black resultó ser un traidor matando a Pettigrew y entregando a los Potter, quedaba Remus Lupin pero este no tenía —según Dumbledore— las posibilidades de poder cuidar de buena manera los objetos. No quedaba nadie más con suficientes recursos para cuidar aquello.

—¿Comenzó a dar pistas? —cuestionó Dumbledore evitando la mirada pesada de Dante.

Al principio, Dante se desconcertó por la pregunta pero logró entenderla rápidamente—. No —hizo una pausa—, supongo que es muy temprano para ella.

Como respuesta Dumbledore asintió.

—Cuando pase el tiempo necesitaremos que alguien la entrene para que ella pueda proteger su cerebro —hizo una pausa—. Es una pieza muy importante, Dante. No dejes que nada le pase y sobretodo que nadie sepa de su don.

—Siempre la mantendré a salvo, es mi hija —afirmó Dante con la mirada perdida en su vaso de vidrio—. Me imagino que no podrá acercarse a Potter, ¿cierto?

—Exacto —contestó el anciano—. Si de por si uno solo llama la atención, no me imagino ambos. Tratare de mantenerlos alejados.

A Dante le aterraba la idea de tener que mantener a su hija fuera de la verdad. Mega no tenía que saber absolutamente nada de la amistad que Dante tenía con James y Lily, e incluso de lo que dentro de ella emergía. Todo tenía que estar en secreto, porque en dado caso de que Mega se enterara iba a ser complicado explicarle que debía de estar el secreto entre ellos y que tenía que evitar a toda costa llamar la atención siendo la amiga de Harry Potter.

Ambos corrían peligro.

—Dante —llamó Dumbledore, sacando completamente de sus pensamiento a Corbin—. Prometo cuidar a la niña. Se que como padre sientes el temor de perderla con base a salvar el mundo mágico, pero créeme, nada le va a pasar, nada que no tenga que pasarle. Ella llegará a la verdad por su misma cuenta y no quiero que le digas algo sobre su madre, no lo entenderá al principio y todo se vendrá costa bajo si es que se entera por alguien más. Yo no me creo el cuento de la muerte de Diana, y lo sabes, así que quiero que te mantengas firme a la idea de que todo a partir de ahora es posible.

Para Dante aún quedaban cosas inconclusas en la muerte de su esposa, aún no entendía que fue lo qué pasó, la mayoría de los días se la pasaba encerrado en su oficina, observando el fuego ardiente mientras en su mano derecha estaba una botella de whiskey de fuego que por más sorbos que le diera parecía nunca tener fin, pero siempre había fe en Dante de encontrar la respuesta a su gran duda. ¿Por qué murió Diana?

Él tenía la esperanza de que quizá algún día ella aparecería y si no lo hacía mínimo quería saber el porqué de su repentina desaparición, que a la larga se fue convirtiendo en su muerte a pesar de no haber hallado rastros de su paradero.





...





notita: este cap es como una introducción para que sea más fácil comprender el clímax de la historia. Recuerden que ¡La estrella de aquí abajo es gratis!

© drfieldy

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