Estabas tranquila, vivías tranquila... como fue que llegaste a esto?
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Acababas de arreglar a tus dos hermanos, Dilan y Miyuki. Te ibas con ellos dos a dar un paseo por el centro comercial para dar una vuelta, eso si, no ibas sola sino acompañada de unos guardaespaldas que te dan tu espacio y no llaman la atención.
Ya que, al ser la hija del héroe numero 2 y el hechicero más fuerte, podrías estar en peligro constantemente. Pero bueno, una vez alistada saliste con tus hermanos y lo primero que hicieron al llegar fue ir al pequeño parque donde hay maquinas para poder jugar. Después de estar un pequeño rato fueron a comer a un pequeño bar de comida asiática, pediste fideos chinos salsa japonesa con una Coca-Cola y un nestie para los tres. Vieron una película juntos y luego se fueron a casa, una vez dormidos, bajaste al salón donde te encontraste a tu padre.
—Gojo. —susurré pero lo alcanzo a escuchar.
—¡Kaori-chan! —gritó.
—Shh, no grites están durmiendo Dilan y Miyuki. —dije poniendo mi dedo en la boca en señal de silencio.
—Ups, perdón. —dijo sarcásticamente. —Venia a decirte algo importante, no tengo demasiado tiempo. —su semblante se volvió serio y se quito la banda dejando ver sus preciosos ojos del cielo.
—Ocurrió algo? —dijiste viendo como de repente cambio el ambiente.
—Sukuna ha vuelto, bueno, mas bien una persona se comió su dedo.
—Que..?
—Si, por eso he decidido recomendarte a la U.A., te convertirás en una heroína para poder protegerte, a ti y a tus hermanos mientras yo no este.
Eso te pillo por sorpresa, no pudiste evitar agrandar los ojos al oír tal noticia.
—¿A qué te refieres exactamente? ¿Cómo que mientras no estés? —aún seguías algo sorprendida por la repentina noticia.
—Estaré por Tokio entrenando al recipiente de Sukuna... —se calló.
—Y...?
—Dejare mi trabajo de héroe para enfocarme en ser profesor de hechicería.
Aun seguía con esa mirada seria, por lo cual te sorprendió más aún.
—Espera..., me estas dando demasiada información. —dije frunciendo el ceño. —bueno, la verdad no se como tomármelo pero supongo que solo puedo darte mi apoyo para lo que sea que estés tramando.
—Gracias Kaori, sabia que te lo ibas a tomar bien. —dijo acariciando mi cabeza. —siento que tu tengas que llevar el peso de todo, pero se que eres fuerte, después de todo te he entrenado yo. Aun asi, pido que cuides de tus hermanos de la misma manera en la que tu también te tengas que cuidar. —bajo la mano. —se que comprenderás todo cuando sepas la verdad.
